Agustín Laje ya anunció que se buscará derogar la ley de aborto. Se descuenta la eliminación del Ministerio de Mujeres. Referentes feministas analizan lo que viene.
Por Mariana Carbajal. Publicado en Página 12 el 21/11/2023
El resultado electoral que le dio un triunfo contundente al candidato libertario sacudió a los feminismos como a otros movimientos sociales en el país. Las consecuencias de una agenda antiderechos sobre la vida de mujeres y diversidades ya despierta preocupación y el temor de un posible retroceso en derechos ganados. La eliminación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad –tal como prometió Javier Milei durante su campaña, en un video que se hizo viral en agosto– y la intención de “construir mayorías” para derogar la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, como anunció el domingo en el bunker de LLA el politólogo Agustín Laje, uno de los máximos ideólogos de la ultraderecha en el país y ferviente opositor a la IVE, los derechos de las minorías sexuales y los feminismos –en línea con la postura de la vicepresidenta electa, Victoria Villarruel–, pueden ser apenas la punta de un iceberg que promete ir por otras conquistas. Página 12 consultó a distintas voces de los feminismos para analizar el resultado del ballotage y el escenario futuro.
Recuperar la participación
“Ya anunciaron que las medidas van a ser drásticas y de shock, así que en lo económico, laboral y social, es muy duro lo que se viene. Pero en los derechos conquistados de las mujeres y de los colectivos de la diversidad, no les va a ser tan fácil ir para atrás, porque además de organización popular, social y capacidad de movilización, también tenemos espacios de gobierno, como la provincia de Buenos Aires, donde hay un fuerte compromiso del gobernador Axel Kicillof con el Estado presente y con esta agenda. Así que, estamos duelando lo que ocurrió, obviamente que es un golpe muy fuerte, muy duro, pero ya nos hemos recuperado de derrotas electorales”, señaló a este diario Estela Díaz, ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual bonaerense. Díaz planteó la necesidad de “ir reuniendo fuerzas, reflexión, espacio, militancia” para “recuperar los ámbitos de participación sobre todo las que dialoguen más en cada barrio, en cada espacio de trabajo, en los distintos lugares”. “Este pueblo y particularmente las mujeres, sabemos de resistencias, de tiempos, de esperanzas, de defensa de derechos conquistados, y tendremos toda la fuerza para afrontar el tiempo que viene”, concluyó.
La historiadora feminista Dora Barrancos advirtió que el cierre del MMGYD “tendrá repercusión internacional”. “No es posible ahora responder a por qué se dio este resultado electoral. Lo que parece más adecuado es preguntarse cómo una gran cantidad de personas votó contra sus propios intereses. Pueblos originarios los votaron aun cuando Villarruel se cansó de decir que va a derogar la ley de protección del dominio aborigen. Pienso que hubo un efecto de imantación, de cierto sortilegio”, evaluó.
“A nivel derechos humanos y de las mujeres y diversidades el interrogante es enorme”, planteó Mariela Belsky, directora ejecutiva de Amnistía Internacional-Argentina. Sin dudas, una de las políticas sobre la que se abre un signo de pregunta es la Educación Sexual Integral (ESI). En la plataforma electoral de Milei se proponía eliminar su obligatoriedad aunque está contemplada en una ley sancionada por el Congreso en 2006. Hace varios años algunos sectores buscan instalar que la ESI es ‘ideológica’, como viene pregonando Laje en sus intervenciones a nivel regional e internacional y lo ha repetido el candidato libertario. Sin embargo –apuntó Belsky–, “hay evidencia” de que luego de acceder a los contenidos de la ESI, niños, niñas y adolescentes pudieron identificar y denunciar casos de abuso sexual infantil en varios puntos del país como en Santa Fe, Río Negro y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, entre otros de sus aspectos positivos.
La ley de aborto
“Desde el espacio de La Libertad Avanza también se han manifestado en contra del aborto legal, ley por la que no solo desde Amnistía Internacional hemos hecho campaña, sino que tras su aprobación ha dejado algunas variables positivas a las que vale la pena prestar atención. Desde la sanción de la ley de aborto el sistema público de salud ha garantizado 170.151 interrupciones voluntarias y legales del embarazo en todo el país y las muertes maternas por aborto descendieron de 23 en 2020 a 13 en 2021. La meta es que la mortalidad materna por aborto sea cero, por lo cual es necesario seguir ampliando los equipos de salud que garantizan la práctica”, agregó Belsky.
Por el momento no se anunció que el Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad vaya a ser reabsorbido por alguna otra cartera. Su desaparición se producirá días después de la conmemoración de una fecha emblemática en el calendario de los derechos humanos: el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el 25 de noviembre. “Las mujeres siguen muriendo en manos de parejas y exparejas –en 2022, se registró un femicidio cada 35 horas y el 76 por ciento de las 252 muertes se produjo en contextos de violencia doméstica– y al menos el 17 por ciento de las víctimas habían efectuado denuncias formales”, advirtió Belsky.
La mayor parte del presupuesto del MMGYD tuvo como destino el Programa Acompañar, destinado al fortalecimiento de la independencia económica de mujeres y LGBTI+ en situación de violencia de género: hasta noviembre de este año se habían invertido más de 100.853.242.000 pesos –según datos oficiales– para 352.385 personas beneficiarias del Acompañar, que otorga un subsidio por seis meses.
“Desde Amnistía Internacional no sólo estaremos alertas a defender los derechos ya conquistados, sino que estos resultados electorales nos llaman a una profunda reflexión respecto a la escucha de las demandas sociales. Es momento de hacer una autocrítica para analizar por qué la agenda de género y diversidades no ha logrado permear en muchas de las personas a las que, justamente, estas políticas deberían abrazar e incluir”, concluyó Belsky.
Los derechos
La abogada feminista de Mujeres x Mujeres, de Tucumán, Soledad Deza, consideró que “es hora de pensar al interior de la sociedad por qué un horizonte sin derechos ganó millones de votos, me parece que cuando hay tanta pobreza y la gente no tiene soluciones, es más fácil aceptar escenarios crueles o dejarse encantar por serpientes. Algo falló, es tiempo de reorganizar nuestros feminismos”.
“Matrimonio igualitario, identidad de género, salud sexual, derecho al aborto, igualdad salarial, por ejemplo, son todos derechos humanos que Argentina se ha comprometido a garantizar. No es posible regresividad respecto de estos derechos. Sin embargo la campaña de LLA prometió especialmente desigualdad de género y calculo que intentarán revertir en el Congreso estas leyes, aunque no creo que sus alianzas políticas les permitan esa rapiña. En el medio de las leyes y los derechos de la gente están las políticas públicas, ahí creo que buscarán desfinanciar toda posibilidad de soberanía sexual y estaremos resistiendo porque nos quieren sometidas, pobres y endeudas. ¿Cómo pensar la libertad sexual y reproductiva de forma igualitaria y justa sin un Ministerio de Salud que asegure insumos?”, se preguntó Deza.
Ruth Zurbriggen, de la colectiva La Revuelta, de Neuquén, reconoció su perplejidad ante el triunfo de Milei. “Siento que estamos en una especie de mundo distópico al que le faltan palabras”, describió. “Para los feminismos nunca nada fue fácil. Eso lo sabemos de sobra. Sin embargo, tengo la certeza de que se nos va a complicar enormemente la vida. No solo a los feminismos y transfeminismos, sino a amplias capas de la sociedad, a quienes ya la están pasando muy mal económicamente. Porque las recetas que traen desde LLA ya las vivimos en Argentina y ahora redoblan sus apuestas y perfeccionan sus maquinarias de odio, crueldad y desprecio”, analizó. Y agregó: “Reducir la presencia del Estado a su mínima expresión va a tener consecuencias inmediatas sobre quienes más nos valemos de los servicios del Estado como son la salud y la educación públicas, los subsidios de los servicios, el acceso a la vivienda. La sostenibilidad de la vida con todo privatizado va a ser mucho más difícil. Cuidar a las infancias y a ancianes requerirá de más tiempo y más trabajo”.