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Cuando la escuela no abraza. Carta de estudiantes del Instituto Brizuela de Villa Dolores

Por Romina Pezzelato

A pesar de las declaraciones del Ministro de Educación Nicolás Trotta fueron que «todo el alumnado pasará de año en este ciclo lectivo tan especial, y que no se ponga el foco en la calificación sino en el proceso», cada quien ha hecho su propia interpretación.

Cada establecimiento pasa a pautar cómo acompaña el proceso, cómo se le propone al estudiantado, cómo responden. En todo caso el mismo establecimiento va moderando la propuesta a partir de una lectura de contexto: global, nacional, local, de la comunidad, del grupo específico, de su capital simbólico, de la situación socioeconómica y un sinfín de variables que en el caso del Instituto Brizuela de Villa Dolores parecen no haber sido analizadas con detenimiento y con el amoroso criterio pedagógico que estos días demandan.

Esta semana empezó a circular en las redes una carta que el grupo de estudiantes de Quinto Año C, emitió a las autoridades y docentes, en la que se lee:

Estimada Directora Patricia Oyola y cuerpo docente del Instituto Brizuela Secundario:

Nos dirigimos a ustedes en nuestro carácter de estudiantes del Quinto Año “C” para solicitarles, nuevamente, que revisen la forma de trabajo virtual que se está implementando con motivo del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio. Son diversos los motivos que nos llevan a realizar este pedido por segunda vez y que enumeramos a continuación:

  • La cantidad de trabajos solicitados: los docentes envían trabajos que no podrían realizarse en la jornada de clases regular que tendríamos si asistiésemos a la escuela. Cada trabajo nos toma, en promedio, 3 o 4 horas reloj. Considerando que la jornada escolar consta de aproximadamente 8 horas reloj no deberíamos tener más de 2 trabajos diarios o 3; sin embargo, hubieron días que hemos tenido que presentar hasta 6 o 7 trabajos. Incluso cuando intentaron tener consideración en este aspecto la falta de comunicación entre docentes generó que nuevamente se acumule esa cantidad, pero en otro día.
  • La entrega de trabajos en días que no tenemos las correspondientes materias. Hemos entregado trabajos sábado, domingo y feriados. Por lógica si fuéramos al Colegio no podríamos presentarlos.
  • La devolución de trabajos corregidos: hay algunos casos de docentes que solicitaron trabajos y se les fueron presentados en tiempo y forma y aún no hemos recibido respuestas ni calificaciones. De tal forma ocurre que en algunas asignaturas hemos entregado trabajos sin recibir respuesta al respecto y los docentes continúan solicitando nuevos trabajos. Esto nos parece, como mínimo, irrespetuoso con nosotros; entendemos que los docentes también están cumpliendo su cuarentena, pero si no han tenido tiempo de revisar trabajos previos, no correspondería que soliciten nuevos, ya que nosotros hemos cumplido en tiempo y forma y esperamos lo mismo de ellos.
  • El uso de computadoras aproximadamente por 8 o 10 horas reloj por día está afectando a nuestra salud produciendo mareos, dolores de cabeza y malestar en general. Profesores exigen la presentación de trabajos en formatos Word o Power Point rechazando los archivos fotográficos. Por lo tanto el uso de la tecnología se extiende .

 

  • Los docentes no pueden ser reemplazados: la complejidad de los trabajos que nos solicitan no puede ser igual a la esperada en clases ya que no contamos con ustedes para guiarnos, explicarnos y evacuar dudas. Lamentablemente, no todos en casa cuentan con personas que los puedan asistir en la resolución de las actividades y explicar dudas y los tiempos virtuales muchas veces se dilatan. Algunos docentes no nos han contestado a tiempo para ayudarnos a resolver sus actividades lo que derivó en malas resoluciones o falta de entendimiento de las temáticas que se están desarrollando.

En definitiva, les pedimos que consideren que el cumplimiento de la cuarentena nos ha llevado a una nueva modalidad de trabajo de la que no pueden esperar se realicen las mismas actividades que se harían en clases presenciales. La ausencia de un espacio de trabajo, la falta de docentes que nos expliquen los temas que estamos trabajando, se suma a una situación que nos afecta por sí misma, el aislamiento. Consideren por favor, que nosotros también estamos atravesando una situación difícil al no poder salir y a eso añadir unas exigencias escolares que no se condicen con la situación que estamos viviendo no ayuda a nuestro bienestar ni a nuestro aprendizaje. Clases virtuales no implica que dediquemos la mayor parte de nuestro tiempo a la resolución de trabajos que muchas veces nos cuesta comprender y abordar por la falta de guía. Esperamos puedan entender la situación que no tiene ningún ánimo de ofender, sino de hacer esta situación más llevadera para todos. También les pedimos que, en esta ocasión, nos brinden una respuesta tanto individual como colectiva ya que estamos apelando al cuerpo docente en su totalidad.

Muchas gracias, Quinto Año “C”.

En diálogo con La Marea, familiares de estudiantes manifestaron que el nivel de exigencia viene siendo motivo de angustia entre las y los jóvenes.

Las tareas les empiezan a llegar a las 7.10 hs que es el horario de ingreso habitual al aula. De ahí en más, el resto de la mañana siguen recibiendo actividades según el cambio de módulo y de materia, dado que lxs docentes también están on line en esos horarios.

Lo que, podemos suponer, implica un nivel de exigencia, ansiedad y frustración enorme en quien es presionadx a responder tantas consignas en una misma jornada.

En diálogo con Radio Verdad de la localidad de Villa Dolores, Hernán Agüero, actual Secretario de UEPC San Javier, advirtió que: “La presencia del docente es fundamental para crear ese lazo pedagógico. Esta es una situación inédita, de un momento a otro tuvimos que adecuar todo el sistema educativo, tenemos reclamos de todos los sectores: estudiantes, padres, docentes y directivos y es lógico y en la medida que se pueda debemos tratar de solucionarlo”

Para entender necesitamos encuentro.

Mirarnos a los ojos. Sabernos cerca de quien propone un proceso de enseñanza – aprendizaje.

El aislamiento social preventivo y obligatorio nos priva también del espacio/tiempo pedagógico.

Este espacio vital donde la afectividad sostiene cada dificultad individual y colectiva. Donde nos tocamos y oímos, donde disfrutamos y nos desencontramos.

En medio de este escenario mundial: ¿cómo es posible que la escuela está tan alejada de su comunidad? ¿Desde qué lugar de extrema rigidez es posible pensar que los, las, les estudiantes tienen las mismas condiciones que en el aula para responder propuestas?, ¿Qué escuela sostiene hoy una demanda hacia les estudiantes que genera angustia no sólo en ellxs sino en adultxs que tampoco encuentran las herramientas ni recursos materiales (se les pidió también que en un determinado plazo todo sea escaneado y subido a un drive para su correspondiente evaluación) para acompañar?

Hace tiempo ya que la escuela está lejos de nuestrxs jóvenes. Hoy el Instituto Privado Presbítero Juan Vicente Brizuela de Villa Dolores, da cuenta de ello.

Desde La Marea Noticias intentamos establecer el diálogo con la Directora Patricia Oyola pero no logramos responda a los llamados.

Esperamos que este grupo de estudiantes que solicita escucha, no corran la misma suerte.

 

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