Actualidad Violencias

Tareas de cuidado y vacaciones: ¿Quién descansa?

En la mayoría de las familias Argentinas las tareas de cuidado siguen siendo responsabilidad de las mujeres. Lo es durante el año y el esquema se sostiene en vacaciones, lo que vulnera en ellas el derecho humano del descanso. Compartimos una serie de recomendaciones para emprender el camino de la transformación que permita asumir estas tareas de manera co-responsable.

 

Por: Carina Ambrogi

 

Chequear el nivel de aire de las gomas del auto, elegir el destino, hacer las reservas, controlar los certificados de vacunación, preparar pañales, chequear cantidad suficiente de bombachas y calzoncillos, toallas, mallas, pantalones, peine y cepillo de diente. La lista de actividades que implica la primera parte del periplo en vacaciones, la previa, es interminable, agotadora, y tan sólo es el comienzo. Después vendrá quien hace de servicie durante el viaje, quien asume las tareas de limpieza y alimentación ya en destino o quien se ocupa del protector solar.

 

Siéntanse divinamente excluidas las personas que vacacionan solas, porque al menos, harán todo esto por unx. Quienes van en pareja, o con hijxs, deberán multiplicar la lista, si no han logrado una co-responsabilidad  justa y necesaria con las tareas de cuidado.

 

Esta nota puede parecerles vieja, de otra época, hoy cuando los feminismos copan las calles y los congresos. Pero según el primer relevamiento histórico realizado en Argentina: el “Mapa Federal del Cuidado”, realizado por el Ministerio de las Mujeres, género y diversidad, las tareas de cuidado siguen siendo en la mayoría de los hogares responsabilidad sólo de las mujeres. A este mapeo el INDEC sumó entre octubre y diciembre de 2021 la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo, que busca caracterizar la vida de personas de distintas edades y el tiempo que dedican a las actividades que realizan dentro y fuera de los hogares. El relevamiento se llevó a cabo en 28.520 viviendas seleccionadas de áreas urbanas de todo el país. Se espera que los datos sean más alentadores que los que había en 2013, la última vez que se monitoreó esta situación, pero aún no hay resultados disponibles.

 

Hasta la fecha en nuestro país el 89% de las mujeres asume tareas de cuidado, mientras que los varones sólo el 58%, en conclusión, no es un tema viejo, no es una discusión saneada, todavía hay personas dentro de una familia que no descansan ni en vacaciones, muchas veces sin si quiera tener clara conciencia de que esta es una discriminación por razón de género, una costumbre permitida.

 

“Las vacaciones siempre fueron un tema mío, en épocas de pileta organizaba toda la movida para ir con los chicos. Al padre de mi hijo más chico no le gustaba ir, y cuando lo hacia la pasábamos mal por su incomodidad. El padre del más grande jamás lo contó en sus planes, cuando viajaba era gestado por los abuelos. En los años de convivencia no conté con ninguno. Sí me ayudaban las abuelas, con cosas materiales. Económicamente también son pensados desde mi bolsillo. No conté nunca con una crianza verdaderamente compartida. Menos vacaciones!”, contó Sabrina a La Marea Noticias.

 

“En mi caso el destino siempre lo elegí yo y el lugar a donde alojarnos mi marido, hasta ahí compartimos”, dice Jimena, mamá de dos varones y una niña. “Pero a la hora de armar las valijas él no se encarga de absolutamente nada, no sabe si llevamos remedios, si tienen calzado, o si hay mallas. Lo mismo si vamos afuera con los pasaportes. Te puedo asegurar que el 90% de las mujeres pasan por lo mismo”, dice.

 

La misma lógica que se sostiene durante el año será la que se utilice en vacaciones, cuando los padres no asumen su responsabilidad paternal de cuidado, apoyándose en estructuras culturales visiblemente discriminadoras, todo el trabajo recaerá sobre la mujer, a veces esta tarea pasa de madre a abuelas, o a nuevas novias, cuando progenitor y progenitora ya no comparten un proyecto familiar.

 

 

“Una amiga me dijo que su ex lleva el hijo cada vez que le toca cuidarlo a la casa de sus padres. En mi caso es igual. El tema de la responsabilidad afectiva en las paternidades preocupa. Suele mejorar cuándo se ponen en pareja con mujeres piolas. Es muy común escucharnos decir que ahora que tiene una mina piola viene más seguido a buscar a su hijo o gestan más planes”, contó Mariela.

 

El desafío necesario de compartir

No se trata de un capricho o una cosa menor, el descanso es un derecho humano, pero tanto este como otros, sigue siendo un derecho humano vulnerados mediante la aceptación de una cultura que lo permite y habilita. Esta práctica por lo tanto constituye uno de los modos de violencia de género: la simbólica.

En virtud de una vida más sana compartir tareas es fundamental para fomentar la empatía, el respeto y el cuidado mutuo, y pese a que hay hogares con mucha resistencia hacia la democratización de las actividades y la vinculación del varón con el mundo doméstico sigue estando estereotipada, la enorme visibilización que está teniendo el tema en la agenda pública puede ser un interesante recurso de donde agarrarse para generar una transformación positiva.

 

Con este objetivo te compartimos algunos consejos que pueden servir para comenzar un año distinto, para permitirte ese cambio necesario.

 

  1. Listar las actividades necesarias: aquello que no está dicho no existe, es por esto que es necesario hacer una lista en conjunto, si es posible por escrito, de todas aquellas actividades que hay que afrontar en el antes, durante y después de las vacaciones, intentando que nada quede afuera, porque cada cosa que olvidemos es un poquito de tiempo más que no se comparte ni se valora.
  2. Distribuir esas tareas democráticamente con toda la familia: hay actividades que podrán ser afrontadas sólo por las personas adultas, otras por la niñez y otras por adolescentes, es importante que todas las personas que integran el grupo puedan conocerlas y asumir de acuerdo a sus posibilidades.
  3. Generar un reconocimiento para quienes las realizan: si las personas adultas asumen más tareas, es importante que la niñez de alguna manera agradezca o retribuya estas acciones, porque eso permitirá que en el futuro puedan valorarlas y compartirlas. Si se trata de dos personas adultas, lo ideal es que se repartan de manera pareja, porque las retribuciones difícilmente resulten suficientes cuando hay alguien que no descansará.
  4. Atreverse a compartir aun cuando no es la costumbre: si durante el año el contrato familiar implica que la mujer hace todo en la casa, generemos un desafío que sirva tal vez para modificar esta relación fuera del período de descanso, proponiendo a otrxs integrantes del grupo que cocinen, limpien y acomoden, verán que no es una destreza que requiere necesariamente de ovarios en la persona que las realiza.
  5. Manifestemos gratitud hacia la labor compartida: así como se genera una emoción de decepción y desánimo cuando no nos reconocen lo que hacemos, visibilicemos la gratitud hacia quien está cuidándonos, es un aliciente que puede ser más saludable que la imposición por obligación.
Compartinos tu opinión

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *