Actualidad Mujeres al frente

«La violencia en nuestra institución se sostiene por reglamento”.

Por: Carina Ambrogi y Romina Pezelatto
Para La Marea.

Gabriela Macias abrazó al feminismo por instinto de supervivencia. En 2015 siendo parte de las fuerzas policiales denunció por violencia a quien era su pareja, un hombre de poder e influencias de la ciudad de Río Gallegos. “Si no fuera por las feministas yo no estaría viva”, recuerda, porque fueron las organizaciones de mujeres quienes la ayudaron y la sostuvieron en el proceso de búsqueda de justicia que aún hoy sigue sin encontrar.

En el peregrinar por despachos judiciales y policiales le permitió que su caso fuera tomando mayor notoriedad, y esta visibilidad la puso en contacto con mujeres que habían sufrido violencia a lo largo y ancho del país. El resultado de las denuncias era casi en todos los casos el mismo, el reglamento vigente hace que el pedido de justicia se vuelva un boomerang que en vez de apuntar contra el denunciado terminaba golpeando a la víctima.

Según explica Macias, este reglamento sancionado en épocas de dictadura, no permite que las mujeres puedan denunciar directamente en la justicia, que es a donde se activa el protocolo nacional de atención a víctimas de violencia, sino que primero deben hacerlo frente a sus jefes. En muchos casos ese mismo jefe es el implicado, o quien tiene amistad con él, por lo que en vez de elevarse la denuncia se abre una carpeta psiquiátrica o se pide el traslado de la denunciada, ambas medidas afectan no sólo profesionalmente a la mujer sino que principalmente actúa a nivel emocional, mostrando que el propio sistema está diseñado para que el flagelo quede enquistado.

“Vivimos una negación absoluta de Derechos Humanos, donde la obstrucción del acceso a la Justicia es avalada por un reglamento del año 1971, sancionado en un contexto de dictadura y donde las mujeres no estábamos, por lo que el concepto «Acoso, embarazo, lactancia, y violencia de género” no forman parte, parecen no existir”, afirma.

Al ver que las violencias y abusos se repiten con patrones similares en todo el país, crearon la Red Nacional de Mujeres Policías con Perspectiva de género, una agrupación que tomó visibilidad a nivel nacional cuando se publicó parte de un documento que enviaron al Ministerio de Seguridad de la Nación.
En respuesta al documento Macias recibió una comunicación de Carolina Barón, la Coordinadora Nacional de Género del Ministerio de Seguridad a cargo de Patricia Bullrich, quien se comprometió a realizar las llamadas correspondientes para que se atienda su caso. Pero la intensión de la Red no es que se atiendan casos particulares, sino que se apruebe a nivel nacional una Ley Policial con Perspectiva de Género, que contempla un amplio panorama de reclamos.

Ahora que si nos ven

El reclamo por el freno a la violencia por parte de las fuerzas de seguridad es toda una novedad que resuena y conmociona a diversos ámbitos de construcción feminista. Esa misma institución que muchas veces vulnera a las mujeres cuando quieren denunciar o cuando se manifiestan socialmente, está en un proceso de transformación interno que implica redefiniciones hacia afuera.

“Sentimos que es el momento, nunca llamamos a ningún medio, y aun así esto explotó. Cuando lo analizamos sentimos que es parte de este momento histórico que remueve todas las bases machistas, y las mujeres nos estamos escuchando, hoy las denuncias son muchísimas en todos los ámbitos. A mí no me parece casual, esta ola se da en todo el mundo. Hablamos y nos escuchamos. Hubo diarios que redujeron todo nuestro proyecto a nuestra negativa a ir a las marchas, pero el proyecto es toda una propuesta integral para revisar las fuerzas y nuestro rol dentro de ellas”.

La red ha recibido adhesiones de numerosos grupos de mujeres a nivel nacional e internacional, con quienes están trabajando mancomunadamente para conseguir lo que se han planteado como objetivo para este año, la sanción de la Ley.
El próximo jueves la Dra. Mariana Herrera, abogada especialista en género y derechos humanos quien impulsó el proyecto de ley será quien lo presente en diputados, acompañada por integrantes de la red de todo el país.

“Queremos una institución con mirada en derechos humanos, que contemple la perspectiva de género, que humanice nuestro quehacer”, pide Macias. Y al escuchar sus palabras cuesta creer que la marea feminista haya podido avanzar sobre una de las estructuras patriarcales más violentas. Entonces queda claro que el feminismo no es una elección, es más bien una intuición, un instinto, un hilo invisible que va tejiendo una gran red de mujeres unidas por una misma lucha, terminar con la violencia patriarcal.

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