En el Día Internacional de la Mujer Indígena, Moira Millán, weychafe mapuche, denuncia el racismo y el ensañamiento del poder contra los pueblos indígenas. Y explica por qué están en alerta.
Publicado en Agencia Presentes.
Hoy 5 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Mujer Indígena, pero las efemérides de la argentina racista no resaltan este día en ningún calendario. Este 2025 está siendo particularmente difícil para nosotras. Una dictadura racista y misógina se instaurado, usando los recursos del Estado contra los pueblos indígenas.
Como mujer mapuche, recibo el ensañamiento del poder al igual que mis pu lamngen que están decididas a defender el derecho a vivir como mapuche. Vivo en la Puelwillimapu, aquí está mi tuwun y mi kupalme desde hace siglos. Pertenezco a este territorio, invadido, saqueado y gobernado desde hace casi dos siglos por invasores sanguinarios, racistas, misóginos, y genocidas. Chubut se construyó a balazos, con la llegada de rifleros europeos, quienes tenían luz verde para matarnos y luego como colonos privilegiados tomar nuestras tierras.
Nada ha cambiado desde entonces. Un ejemplo de ello es la invasión violenta que sufrimos el pasado 11 de febrero, cuando 100 represores, fuertemente armados y encapuchados, entraron a mi comunidad, al Lof Pillañ Mawiza, unos setenta de ellos se metieron en mi pequeña casa, rompiendo, golpeando, arrojándonos al piso, robando y llevándose detenida a Victoria, nuestra amiga y compañera. Actuaron como los grupos de tareas durante la dictadura: no vi sus rostros, ocultos tras la oscura tela. A veces pienso que me los cruzo en las calles, en los comercios, en un café, pero me sería imposible reconocerlos.

«Nos niegan el derecho a defendernos»
Desde febrero hasta hoy nos niegan el derecho a defendernos. El mismo juez Jorge Criado, que ordenó los 12 allanamientos en diferentes lof, no permite ingresar a la causa a ningún abogado para que nos defienda. La excusa es que no somos imputados ni sospechosos de ningún delito. Sin embargo, ese día se llevaron nuestras pertenencias, celulares, computadoras, libros, cuadernos, hasta secuestraron nuestro ADN. Esto último es de una gravedad, que, en cualquier sociedad sana, despertaría no solo indignación, sino que plantearía una alerta, para poner un freno a tanta violencia.
Esta es una sociedad nacida de un genocidio. uienes han detentado el poder desde siempre en esta parte del mundo han sido los descendientes de los beneficiarios y cómplices del intento de exterminio. El juez usa como artimaña una verdad: nuestra inocencia. Pero no autoriza la restitución de nuestras cosas y -sobre todo- no declara la nulidad de la causa.
Se aproxima el verano, estación que solía disfrutar con mi familia y que ellos la han convertido en pesadilla, incendiando territorios, porque no hay dudas que es el propio gobierno y los especuladores inmobiliarios que están negociando con las tierras arrasadas por el fuego. Hoy mi gran temor es que usen el ADN de más de cincuenta personas mapuche para inculparnos de los crímenes terricidas que están cometiendo.
Expreso mi solidaridad y abrazo a las hermanas de las 40 naciones indígenas en Argentina, a las que luchan cada día por sostenerse con vida, en medio de la hambruna, las sequías, los desalojos, las violencias múltiples, a pesar de todo el dolor, hay amor y firmeza en su andar. Tanto en el norte como en el sur, la amenaza de despojo, privatización del agua y un posible arribo neocolonial nos mantiene preocupadas y en alerta.
Hermanas es tiempo de la unidad, y de tejer la lucha con coraje y claridad. Hagámoslo. Conozco la fuerza telúrica que nos habita.
Hoy 5 de Septiembre del 2025, conmemoro el día internacional de nosotras: las mujeres indígenas, sumándome a las millones de voces que piden Libertad, Paz y Justicia para el pueblo Palestino, y que alguna vez la Memoria, la Verdad y la Justicia, no sea solo consigna, ni política de estado solo para la blanquitud, sino un ejercicio de sanación que busque restaurar la armonía de los pueblos.

Moira Millán, desde la Puelwillimapu, Marici Weu!