El 26 de septiembre, 170 mujeres rurales fueron invitadas al evento con todos sus gastos cubiertos, para asistir a la ceremonia de los premios “Mujeres de la Ruralidad Lía Encalada”. Este reconocimiento destaca la labor agropecuaria de 22 mujeres, en su mayoría premiadas por primera vez. En su tercera edición, el premio se transformó en el “1er Foro Internacional de Género y Ruralidad”, reuniendo a casi 300 personas en el Museo de la Constitución, en Santa Fe.
Por Carina Ambrogi. Especial para LA MAREA NOTICIAS
Liliana, sentada en una mesa de café rodeada de mujeres que recién conoce, comparte una anécdota: no pudo traer su cámara al Foro porque, para llegar a la ciudad de Santa Fe, tuvo que hacer parte del trayecto en burro desde su casa hasta la ruta más cercana y, luego, pedir «a dedo» hasta el pueblo donde finalmente abordó un colectivo hacia la ciudad capital. Su relato resuena entre otras mujeres, quienes también encuentran en estos encuentros un espejo de historias de lucha y resiliencia para vivir y trabajar en la ruralidad argentina.
El evento busca ser un espacio de visibilización, diálogo y construcción conjunta entre sus protagonistas: mujeres rurales, expertas en temas diversos, líderes y representantes de la ruralidad. La grilla de conferencias estuvo orientada a presentar las desigualdades que, por motivos de género, enfrentan las mujeres en la ruralidad, el fortalecimiento de sus redes en organizaciones de la región, y la demanda de políticas públicas inclusivas que promuevan su bienestar y liderazgo.
Durante la apertura, las organizadoras subrayaron que la Asociación considera esencial pensar en la ruralidad no sólo desde el punto de vista productivo, sino también en términos de los aspectos reproductivos, donde las brechas de género son mayores que en las ciudades.
En el panel «Un campo desigual: Las brechas de género en la ruralidad», María Noel Vaeza, Directora Regional de ONU Mujeres, destacó que “el papel de la mujer es crítico en la seguridad alimentaria de sus comunidades y en la preparación de las sociedades para el cambio climático”. Señaló que es esencial integrar a las trabajadoras rurales en el sistema laboral y monetizar su trabajo. Las dificultades de acceso al Estado y la falta de infraestructura para tareas de cuidado son sobrecargas para estas mujeres, que además de producir, cuidan y sostienen sus comunidades.
Mariana Stegagnini, integrante de MRA, Argentina, presentó un informe sobre las brechas en la ruralidad, muchas veces difíciles de medir por la falta de estadísticas específicas. Subrayó que “no contamos con infraestructura de cuidado por parte del Estado”, lo que implica largos desplazamientos para llevar a sus hijos a la escuela, muchas veces por caminos de tierra que se vuelven intransitables con las lluvias y donde no hay conectividad para clases en casa. Las demandas de caminos, que suelen oírse en el ámbito gremial, aquí se focalizaron en la necesidad de una vida digna.
Entre las brechas más destacadas, se remarcó que las mujeres son responsables de producir el 50% de los alimentos, pero de cada 20 personas que reciben salario en el campo, sólo 3 son mujeres. En cuanto a la propiedad de las explotaciones agropecuarias, el 80% pertenece a varones, y el 20% a mujeres; de ese porcentaje de mujeres propietarias, solo el 0,5% gestiona más de 10.000 hectáreas.
El panel internacional «Mujeres Rurales Organizadas» contó con la participación de Andrea Sarnari (Argentina), presidenta de la Federación Agraria Argentina; Paulina Carrasco (Chile), presidenta de la Asociación de Productores de Leche de la Región de los Ríos; y Simone Silotti (Brasil), fundadora de la ONG «Haz un Bien Increíble». Todas coincidieron en la necesidad de compromiso y acción desde cada región para transformar estas desigualdades comunes, destacando la importancia de tejer redes y potenciar el trabajo colectivo. Sarnari compartió que alcanzó la presidencia de la Federación Agraria Argentina gracias, entre otras, a la igualdad de responsabilidades que le asignó su padre en el campo desde pequeña, sin marcar diferencias con su hermano varón. “La participación es el único camino para transformar la ruralidad”, concluyó.
El panel «Género, producción y políticas públicas» incluyó a Gisela Scaglia, vicegobernadora de Santa Fe; Melina Giorgi, diputada nacional; Claudia Giaccone, subsecretaria de Región Centro e Integración Regional de Santa Fe; y Alicia Tate, secretaria de Mujeres, Género y Diversidad de la misma provincia. Cada una compartió experiencias personales de lucha contra la violencia de género y la discriminación. Tate enfatizó la urgencia de generar asistencia estatal para contrarestar la violencia de género en zonas rurales, donde “en muchos hogares el único celular lo tiene el hombre”, dijo.
Premiación Mujeres de la Ruralidad Lía Encalada
El evento culminó con el emotivo momento de la entrega de premios a las 22 mujeres reconocidas: Miriam Edith Cruz (Jujuy), Margarita Tourn (Buenos Aires), Elva Nora Vélez (Salta), Cristina Esther Silva (Misiones), Alejandra Boloqui (Corrientes), Griselda Godoy (Chaco), María Carolina Baratero (Santa Fe), Antonia Ochandorena (Río Negro), el grupo Red Nacional de Mujeres Algodoneras, María Cecilia Orona (Córdoba), Micaela Scarpelo (La Pampa), María José Travaglino (Santa Fe), Claudia Fernández (Misiones), Candela Sparano (Buenos Aires), María Saldaña (Buenos Aires), Laurentina Nicasio (Salta), Adriana Yañez (Misiones). También fueron reconocidas figuras como Alicia Ciciliani (diputada nacional), Susana Mirassou (INTA), Marcela Gally (UBA) y Ana Urioste (Buenos Aires).
Cada una de estas mujeres merece un espacio en la historia para narrar su dedicación a transformar la realidad de su entorno. Patricia Gorza, presidenta de MRA, concluyó con un mensaje de aliento: “Van a ver que cuando lleguen seguro las llaman de los medios”, convencida de que el esfuerzo por darles un lugar en el relato de la historia reciente ya está cumplido.