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¿Quién mató a Nora Dalmasso?

El Fiscal de Cámara Julio Rivero aseguró que Nora Dalmasso era víctima de violencia de género. Pidió la absolución del imputado por considerar que “no puede torcer la prueba” para acusarlo, y solicitará que se abra una nueva instrucción para encontrar al “verdadero asesino”.

Por: Carina Ambrogi

 

Durante más de dos horas el Fiscal de Cámara Julio Rivero se explayó sobre las razones por las que solicitó la absolución para Marcelo Macarrón, imputado como instigador del femicidio de su esposa. En sus alegatos, precisó que la “autopsia psicológica” arribó a la conclusión de que Dalmasso y Macarrón no tenían un buen matrimonio. “El vínculo amoroso era evidentemente de conveniencia, de insatisfacción, Macarrón tenía una visión minimizada de Dalmasso, ella estaba en situación de vulnerabilidad y era víctima de violencia de género”, puntualizó.

 

Citó además dos testimonios que abordaron el conflicto económico que implicaría un divorcio, “ojalá tuviera yo tu independencia económica”, le dijo Dalmasso a una amiga, “si vos te divorcias seguro tu marido te daría la mitad de todo, Marcelo no”, le dijo a otra.

 

No precisó en su extensa alocución ninguna otra situación o personas que pudieran tener con la víctima algún conflicto. No señaló ninguna prueba que diera cuenta de que Nora Dalmasso tuviera otro amante que no fuera al que escribió por mensaje de texto la noche de su asesinato.  Criticó que se la hubiera colocado en el lugar de la “Mala víctima”, y dijo que “Un juicio sin perspectiva de género no es justicia”. Pero concluyó en que no había pruebas ni suficientes ni necesarias para sostener la imputación contra Macarrón. Por el contrario, la valoración que él realiza de la prueba lo lleva a asegurar que a Nora Dalmasso la asesinó un hombre que ella conocía, que mantuvo relaciones consentidas, y que una situación emocional del momento llevo a que él tomara la decisión de matarla. Decisión que no había sido planificada.

 

“No puedo sostener la hipótesis del sicario porque no puedo torcer la prueba como lo hizo Pizarro”, dijo. No escatimó tiempo en criticar a la prensa y a la sociedad por realizar “juicios paralelos” a los que se tramitaban en el juzgado. No es la primera vez que Rivero manifiesta malestar respecto a que la sociedad civil y los medios de comunicación hablen sobre casos resonantes para la sociedad, lo hizo también durante el juicio por Camila Carletti con profunda molestia.

 

“Sin perspectiva de género no hay juicio justo”

No surgió de la conclusión vertida durante los alegatos del fiscal una valoración sobre la prueba que permita con claridad asegurar que se siguieron líneas con perspectiva de género, en tanto si, señaló como “contundente” un chiste “desafortunado y misógino” de un perito.

 

Tampoco fue notorio durante el proceso que las preguntas que formulara fueran para validar hipótesis con perspectiva de género, como la situación de violencia económica o psicológica de la víctima.

 

¿Cuáles son sus ingresos? preguntó el Juez Daniel Antonio Vaudagna el segundo día del juicio a Marcelo Macarrón. Aclaró que la pregunta era obligada porque así lo exigía el proceso. Macarrón respondió que la última declaración jurada señalaba que vivía con $150.000 mensuales más dos alquileres.

 

Los ingresos declarados por Macarrón durante el juicio, podrían no coincidir con su estilo de vida, y ese podría haber sido un hilo de donde sostener el móvil económico con el que el Fiscal Pizarro lo trajo a juicio.

 

Pero nadie más preguntó durante los tres meses de juicio nada al imputado sobre su situación económica. Macarrón se sentó frente al tribunal técnico, los jueces populares, el Fiscal de Cámara y su abogado defensor en 6 oportunidades más. En todas, según preciso el propio Fiscal de Cámara, lo hizo para desestimar el testimonio de alguno de los testigos cuyas declaraciones lo complicaron. Participó como testigo la hermana de Marcelo Macarrón, quien es además su contadora, y tampoco fue consultada sobre el tema.

 

Los bienes materiales que entrarían en conflicto en un divorcio fueron, según la mirada patriarcal del Fiscal que elevó la causa a juicio, producto del trabajo del varón de la pareja. Sin embargo, la hija de Nora Dalmasso aseguró el segundo día del juicio, que su mamá había dejado su carrera profesional para dedicarse a las tareas de cuidado, que antes de esto su trabajo era económicamente más importante que el de su padre. Al momento de su asesinato, Dalmasso tenía un trabajo de medio tiempo que según los testimonios colectados no le era suficiente para sostenerse económicamente sin sumar los ingresos de su marido.

 

A lo largo de la instrucción, como así también a lo largo del juicio, se dijo más sobre la vida sexual de Dalmasso, sin ninguna prueba que alimente el rumor morboso, que sobre los móviles que sustentan un femicidio. El juicio terminó entonces con la absolución del único imputado, contra quien no hay ninguna prueba de certeza que permita acusarlo, y mucho menos condenarlo a la prisión de por vida. Tampoco quedaron pistas claras de otra persona a quien apuntar, pero esa será la tarea que le tocará al nuevo Fiscal, ya que Rivero pedirá que se pongan a su disposición la totalidad de las actuaciones para seguir investigando en procura de llegar a “la verdad”.

 

Rivero explicó hoy que la figura de la “mala víctima” opera como un mensaje aleccionador de la sociedad hacia las mujeres que se salen de la “norma” imperante. Después de 16 años y con todos los recursos económicos y humanos puestos a disposición, el mensaje aleccionador es que  la justicia de córdoba no pueda responder: ¿quién mató a Nora Dalmasso?

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