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Femicidio en San Pedro: Organizaciones Feministas habían alertado al estado municipal

Minerva Mirabal San Pedro es una de las agrupaciones feministas que nació en la ciudad de San Pedro en 2015, para atender la problemática vinculada a la violencia de género. Esta agrupación solicitó hace una semana una reunión con el Municipio para alertar sobre los riesgos de la violencia y la falta de atención estatal.

Por: Carina Ambrogi

Minerva Mirabal San Pedro es una de las agrupaciones feministas que nació en la ciudad de San Pedro en 2015, cuando el clamor de la lucha feminista copó las calles de todo el territorio nacional. San Pedro es una localidad de unos 50 mil habitantes que dista de unos 150 kilómetros de la capital de Buenos Aires y casi la misma distancia de Rosario. La cantidad de casos de violencia de género que registran en la ciudad y la ausencia del estado para atenderla, motorizó la conformación de al menos otras 4 agrupaciones territoriales de mujeres que luchan contra el flagelo.

Desde el inicio de la cuarentena, esta agrupación intentó en diversas oportunidades interactuar con el Gobierno Municipal, para advertir los riesgos a los que están siendo sometidas muchas mujeres que conviven con sus agresores. El último intento fue mediante una nota remitida una semana antes del femicidio de María Esperanza Fernández, de 43 años, quien apareció asesinada en su domicilio en San Pedro el domingo.

“Entendiendo que como agrupación feminista con presencia sostenida en la comunidad debemos poder dar respuesta a las mujeres que nos consultan, al tiempo que nuestra militancia nos obliga a ser veedoras de que se cumplan las garantías y derechos que nos asisten, es que solicitamos disponga usted para que el encuentro que solicitamos se dé a la mayor brevedad”, pedía la carta remitida al Licenciado Walter Sánchez, de la Secretaría de Desarrollo Humano. “Ni una menos, vivas nos queremos”, finaliza el documento que todavía no fue respondido.

Según pudo reconstruir la periodista y militante feminista de la localidad Nadia Quiroga, los gritos de María Esperanza Fernández eran frecuentes, la última vez que los escucharon fue el sábado por la tarde. “No existen denuncias previas ni registros de intervenciones anteriores por parte del Estado, lo que desnuda también la ausencia de las políticas públicas en el barrio, que podría haber generado el contexto de contención necesaria para que la víctima denunciara las situaciones que sufría”, señaló la periodista.

Gabriela Leder Kremer, militante feminista de la agrupación Minerva Mirabal, explicó a La Marea Noticias que la cantidad de agrupaciones feministas con la que cuentan es sorprendente, y es la respuesta al “fracaso estrepitoso de los recursos del estado”. Gracias a la presencia activa, consiguieron que se cree la Comisaría de la Mujer, que tiene a su cargo una funcionaria formada en género y con empatía por la problemática. “La Comisaria de la Mujer nos ha dado un respiro, porque nos permite tener una interlocutora válida, pero no cuenta con equipo propio para atender a las víctimas. Depende de Desarrollo Humano que tampoco ha ampliado los recursos con los que dispone”, explicó Kremer. Ante lo alarmante que resultan la cantidad de denuncias de las que tienen conocimiento, las militantes pidieron la reunión para conocer datos que consideran esenciales. “No sabemos cosas elementales como que seguimiento se está haciendo de las mujeres que ya hicieron denunciaron y están conviviendo con sus agresores, no sabemos que paso con las perimetrales, sabemos que las denuncias disminuyeron y nos preocupa mucho, porque no es que disminuyó la violencia, es que no pudieron ir a denunciarla”, puntualizó. Respecto del último femicidio registrado, las militantes coinciden en que el hecho de que la mujer no haya efectuado denuncias previas no implica que la víctima era cómplice de la violencia, sino que no tuvo los recursos necesarios para denunciarla. “Lo que nos preocupa y nos conmueve, porque otra vez nos falta una mujer, es pensar cuales son las estrategias desde el movimiento para generar condiciones de resguardo para las mujeres que están siendo víctimas”, problematizó la entrevistada.

Al cierre de esta nota Roberto Ramón Romero, pareja de María Esperanza Fernández, padre de sus 5 hijes  y principal sospechoso por su femicidio, continúa prófugo y es intensamente buscado. La Fiscala Viviana Ramos, a cargo de la causa, tiene la hipótesis de que la mujer fue asesinada para tapar otro delito que ocurrió en el interior de la familia.

Si se comprueba la hipótesis de este femicidio, María sería la víctima número 37 desde que se decretó el aislamiento. Según divulgó la organización La Casa del Encuentro, durante el período que va del 20 de marzo al 30 de abril de 2020 se registraron 36 femicidios de mujeres y niñas. Cuatro de las víctimas eran niñas. El 72% fueron asesinadas en sus hogares y 1 de cada 5 tenía denuncias previas.

Un informe periodístico elaborado por este medio en conjunto con 11 periodistas de todo el país, demostró que las redes estatales para atender la violencia de género en las localidades del interior resultan insuficientes, falencia que está siendo alertada desde hace tiempo por las organizaciones feministas territoriales que intentan frenar el flagelo letal, visible y evitable que constituye la violencia patriarcal.

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