Diversidad

Matanza avanza en inclusivo

 

Desde La Marea, conversamos con Jorge Carrasco, Concejal de La Matanza e impulsor del proyecto que el pasado 17 de Mayo, Día Internacional contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género, se convirtió en la Ordenanza Municipal que dispone que todos los documentos de la Administración Pública del municipio se redacten usando lenguaje inclusivo.

Por: Sasa Testa. Especial para La Marea Noticias

Jorge Carrasco es un militante y político peronista, quien desde 2021 se desempeña como concejal de La Matanza por el Frente de Todxs. Con 37 años, es el edil más joven del cuerpo deliberativo. Anteriormente fue Director de Gestión Administrativa de la Secretaría de Juventud del Municipio, y también cumplió diferentes roles en la administración pública del Municipio de La Matanza. En 2005 ingresó a la Universidad Nacional de La Matanza donde estudió abogacía mientras formaba parte de los debates y la militancia peronista en la FUA, la FUBA y la JUP, luego estudió historia conceptual en la Universidad Nacional de San Martin y actualmente es estudiante de ciencia política en la UNLaM. Siempre al unísono de la militancia territorial en su distrito y con particular arraigo en Gregorio de Laferrere en la Agrupación Renacer Justicialista, que existe en el distrito desde 1984 que condujo el compañero Atilio Orsingher y hoy su hijo Carlos.

“Hay un origen familiar, que es mi prehistoria y mi niñez. Se trata del rol político que tuvieron mis abuelos, mi madre y mi padre. Del lado materno, militaban y eran parte del Partido Laborista de Neuquén. Mi costado paterno era más porteño, pero mi abuelo fue escribano general de la Provincia de Buenos Aires, en 1907. Me acuerdo la fecha porque hace unos años mi papá me regaló el documento de asignación de mi abuelo cuando tomó ese cargo, y hoy es un cuadro en la pared de mi casa. Por eso hay una construcción política como fondo de mi constructo militante. Mis viejos son extremadamente peronistas, de la vieja guardia, y además de los cuadros en las paredes y los libros, en casa siempre existió la charla, la sobremesa y el debate político. La militancia en mí estuvo siempre, y se da la particularidad que en La Matanza no hay un barrio donde no haya una unidad básica. Ser peronista fue inevitable», dice (se ríe).

Cuando no se encuentra en su banca o en la gestión pública, desarrolla su militancia en la Agrupación Renacer Justicialista y en la Secretaria de la Juventud Peronista del Consejo de Partido Justicialista de La Matanza y se asume un peronista enfáticamente defensor de la Justicia Social y los Derechos Humanos como herramienta para alcanzar la soberanía política y la independencia económica. Es estudioso de la historia, la democracia, la posmodernidad y los sistemas políticos, porque piensa que el diagnostico de las nuevas realidades es indispensable para el Peronismo en la tercera década del siglo XXI. Lee, escribe, milita y es un apasionado de la filosofía política.

“Si lo pienso, a mí la primera cosa que me movió fue la injusticia social, encontrarte de frente con las miserias del sistema. Tené en cuenta que yo estaba en noveno año de la escuela en pleno 2001, crisis fenomenal de la Argentina. Yo soy de una generación que le dolía la panza del hambre, que desayunaba mate cocido sin azúcar y comprábamos ropa usada y zapatillas rotas para ir a la escuela, o las que te regalaba el gobierno. Y mis padres se mataban laburando para darme lo mejor, no había una explicación meritocrática, era el sistema el que nos definía como prescindibles. A mí nadie me cuenta sobre el dolor, yo les cuento sobre el dolor y la indignidad que sentís de ser pobre. Cómo no sentir un llamado a cambiar las cosas, cómo no transformar esa indignación en lucha. Por eso con Néstor y Cristina encontramos tanta potencia militante, era lo que estábamos esperando hacia mucho», explica.

En líneas generales, ¿cuáles son las bases y fundamentos de esta Ordenanza?
Responder esto implica dos momentos. Uno de análisis político y otro de análisis material sobre lo que regula esta ordenanza.
En cuanto al análisis político, la ordenanza surge en el marco de una agenda que se planteó desde mi despacho cuando asumí como concejal, pero que sus temas no fueron pensados ese diciembre de 2021, sino que es una agenda que trae muchos asuntos que habitan en nuestros territorios y hace mucho tiempo forman parte de mis preocupaciones. Entre esos temas, la trama y las realidades que existen en la comunidad LGBTQ+ es muy compleja y requiere mucha atención. Y en ese sentido el proceso de construcción de la identidad, entiendo, posee a priori dos sentidos. Uno, personalísimo e íntimo de cada persona en el camino de responder la pregunta quién soy, en un mundo con las convulsiones que genera el debate por poner fin al capitalismo patriarco-colonial, como plantea Paul B. Preciado en una extraordinaria pieza de lectura, Dysphoria mundi. Y otro, colectivo y social, que responde la pregunta quién pretenden que sea, donde “el superyo” construye estándares y naturalizaciones que requieren definir unidades salvas de cualquier movimiento imprevisible o fuera de control que atenten contra una sociedad “feliz” moralmente. Y siguiendo con las inspiraciones literarias, hablamos del contrato narcisista que alguna vez leí de la tinta de Piera Aulagnier, por ejemplo.
Entonces, entendiendo que muchas cosas no están a mi alcance y que una ordenanza no posee la misma fuerza que una ley, eso está claro, por lo tanto, fue pensar qué de nuestro campo de acción y competencia era posible abordar y que forme parte de estas causas que los peronistas ubicamos bajo la justicia social.

La identidad y el lenguaje surgieron casi solos. De hecho, el uso del lenguaje inclusivo era un campo que generaba y genera gran resistencia en todos los ámbitos donde me muevo.

Eso fue el mejor indicio de por dónde había que ir. Así, comenzamos con mi equipo un proceso de investigación que no solo nos permitiera acceder a un estado del arte que nos dé una idea de los matices en el debate general, sino comprender cuáles eran los elementos sociales y políticos que operaban cuando alguien decidía usar el lenguaje inclusivo, y cómo su uso, inmediatamente, atentaba contra la tranquilidad del auditorio (ríe).
En síntesis, como dice Pérez Cabaña, el lenguaje tiene la capacidad de reflejar la realidad y de generar conciencia, y tiene la capacidad de modificarla. Por eso su uso influye en la sociedad; y un lenguaje igualitario, inclusivo, y que no sea discriminatorio ni violento, permite empezar a erradicar las violencias por razones de género. La sintaxis está motivada semántica y pragmáticamente. Y si ahondamos en esa motivación, nos encontramos con que está sesgada ideológicamente. La gramática se halla ideológica y comunicativamente condicionada. Se va configurando de acuerdo con las necesidades comunicativas de sus hablantes y los usos comunicativos exitosos y aceptados por la comunidad. Por eso existe el cambio lingüístico, por eso demostrar que la lengua es un instrumento de comunicación y que la forma de su gramática se va modelando a la luz de esa función social y cultural, vuelve estéril el debate de “Lenguaje Inclusivo sí, Lenguaje Inclusivo no”. El lenguaje inclusivo, hoy, es un acto de gran insolencia al sistema, porque como el lenguaje es una de las primeras fuentes del ser humano, su potencia es extraordinaria, y modificarla en estos tiempos es flanquear un esquema de injusticias simbólicas que pone sobre la mesa temas como la extranjerización con la real academia española, la soberanía con un mundo donde diez hombres, literalmente varones, tiene más del 67% de los recursos del planeta tierra, la pobreza, la marginalidad, y tantos otros.

 

El lenguaje inclusivo es una puerta que se abre y tras de ella se debatirán muchas cosas que hoy no podemos desnaturalizar

 

Está claro que no podemos seguir siendo una sociedad cansada y deprimida, necesitamos volver al espíritu que cuestionaba el sistema y discutía los asuntos realmente importantes: soberanía política, independencia económica y justicia social.
Dicho eso, y en cuanto al análisis material de lo que regula esta ordenanza, es habilitar el uso del lenguaje inclusivo en toda documentación o contenido público del Estado Municipal. Es decir, por un lado, habilitar el uso del lenguaje inclusivo en la redacción de todo documento administrativo propio del estado municipal, y por otro lado, en todo el campo territorial gubernamental. El Estado viene a marcar el ejemplo para el resto de los territorios que habitamos, viene a mostrar que es importante dar el lugar a todos, todas y todes sin caer en actos sexistas, discriminatorios y violentos en materia de géneros. Acciones que no solo nos colocarían en la figura de “Municipio Inclusivo”, sino también tornarse un ejemplo en la ampliación de derechos hacia todo el ordenamiento estatal argentino.
Y en este sentido surgen los dos conceptos centrales en este punto. Uno, qué es el lenguaje inclusivo en la administración pública, y dos, qué leyes o formas lingüísticas rigen al uso apropiado del lenguaje inclusivo. Ambos conceptos definen la parte dispositiva de la ordenanza. Por un lado, el lenguaje administrativo es la lengua que se utiliza desde la Administración para relacionarse con la ciudadanía, con las personas que intervienen en el circuito de incidencia, en su territorialidad. No es una suma de un lenguaje común y un lenguaje técnico, es más bien un lenguaje propio que se va creando y evolucionando, sirviéndose de otras disciplinas, de elementos consuetudinarios, del quehacer territorial de los pueblos, de las agendas sociales, de las demandas políticas y culturales, en definitiva, de un todo dinámico que hace a la sociedad donde se despliega la ingeniería administrativa.
Y por otro lado, las recomendaciones o reglas generales para el estado y el conjunto de sus órganos y organismos, sobre el uso adecuado del lenguaje inclusivo, y evitar el uso machista, sexista o binario del lenguaje, en cualquier tipo de comunicación oficial, interna o externa, oral o escrita y en toda forma de comunicación con la comunidad, debiendo utilizarse los recursos lingüísticos y normas de uso que forman parte del lenguaje inclusivo: además de la x, también emplear términos genéricos, indefinidos, colectivos, abstractos y perífrasis; utilizar fórmulas de desdoblamiento; omitir determinantes y pronombres marcados; eludir el sujeto; una simetría en el tratamiento; alternar el orden de las palabras a lo largo de todo el texto; redactar nombrando términos colectivos y/o desdoblamientos; aplicar el término de forma genérica y no en masculino universal; formas personales y no personales del verbo; y de igual forma utilizar imágenes libres de estereotipos sexistas. Y esto en sus relaciones de trabajo, en sus relaciones con las otras administraciones y con la ciudadanía, y procurarán que ese sea el estándar oral en las relaciones con empresas o instituciones en general, así no podrán dar lugar a ningún tipo de discriminación o invisibilización por razón de género. Y finalmente, esta ordenanza habilita la enseñanza y la sensibilización en el uso de un lenguaje inclusivo y no sexista al personal municipal y todos los espacios que interpretemos el estado deba llegar en competencia y jurisdicción.

¿Qué significa este hecho a nivel municipal?
Es un momento de grandes oportunidades. Con esta ordenanza, y las que vendrán, venimos a decir con voz alta y clara que en La Matanza no vamos a comprar el discurso del sálvese quien pueda. No nos vamos a quedar en la tranquilidad del hogar y el individualismo meritocratico. Lxs matancerxs vamos más allá del umbral de la puerta de nuestras casas y nos pensamos en nuestros barrios, con nuestros vecinxs y sus realidades, con nuestra comunidad y sus anhelos. Para lxs peronistas nadie se realiza en una comunidad que no se realiza, es una idea muy griega, muy aristotélica, pero es un axioma de Juan Perón en la Comunidad Organizada. El bien general, la justicia social, siempre surge de una comunidad que se organiza y es permeable a los procesos sociales y políticos del conjunto, porque eso desnaturaliza y habilita las transformaciones que tanto anhelamos.
Hoy, todxs tienen esta herramienta para poder seguir pensando y accionando en sus realidades, esta ordenanza ahora le pertenece al pueblo matancero y confío en que será criticada y superada por quienes vienen atrás para dar paso a esquemas superadores. Pero también soy consciente que es una ordenanza que trae mucha polémica en algunos sectores reaccionarios de la derecha, porque les duele e incomoda cuando lo que habita en el subsuelo de la patria dice basta a la segregación social y la clandestinidad, y emerge con potencia y organización, convencidxs, con unidad de concepción y unidad de acción.
Y también ojalá esta norma local inspire a quienes viven y habitan fuera de las fronteras de La Matanza a llevar este debate a sus territorios. Sé que hay otros proyectos legislativos tratando de encontrar la luz de ser sancionados y espero que eso encuentre su cauce y se pueda alcanzar. Escuche por ahí que “hay otros asuntos más importantes que el lenguaje inclusivo”, pero garantizar algunos derechos nunca debe ser bajo la condición de desestimar otros. Todos los asuntos humanos y las causas de los pueblos que son justos deben encontrar su lugar para desarrollarse, y eso depende proporcionalmente del grado de coraje de quienes están es esos lugares de poder. Sé que cuesta y que es difícil, pero no estamos solxs.
Y en este sentido, debo agradecer a nuestro intendente Fernando Espinoza por el compromiso y la valentía. Ser el primer municipio en dar esta relevancia en nuestro municipio al lenguaje inclusivo es un acto de justicia. Desde el minuto uno nos escuchó y nos apoyó en este camino. Siempre lo digo, es un compañero que escucha a las juventudes que venimos con mucho coraje a debatir los modelos de antaño y deconstruimos los paradigmas de este mundo tan complejo.

La Matanza es el primer municipio de Buenos Aires en tener una Ordenanza Municipal de este calibre: ¿qué se siente estar haciendo historia?
Creo que, como te decía antes de alguna manera, estamos en un mojón de esta lucha, no llegamos al final de todo lo que necesita repararse sobre la realidad LGBTQ+, y me cuesta aceptar que sea un hecho histórico, con todo lo que eso implicaría, prefiero que eso lo evalúen quienes sean alcanzados por los efectos de esta ordenanza. Entiendo que es un hecho muy relevante y extraordinario en términos de lo que significa, pero siempre cuando una ley, o en este caso una ordenanza, adquiere la legalidad, se perfecciona en el proceso legislativo y se vuelve obligatoria, posee una condición política tácita que descansa en los hombros de las instituciones que tienen la obligación de hacerla cumplir y en las personas que militan su cumplimiento y su socialización. Estoy muy alegre y contento con esta sanción, que no se mal interprete, pero no puedo dejar de pensar en la cantidad de normas que han caído en desuso o por presiones culturales y morales de sus épocas no encuentran el anclaje necesario para operar con eficiencia en los ámbitos para la que fue pensada. Cuando digo que ahora es del pueblo, que es una ordenanza que requiere de todxs, estoy diciendo esto: necesitamos militarla y multiplicarla. Eso sí sería histórico, que desaparezca el nombre propio del concejal que la escribió y adquiera estado público en el más amplio de sus sentidos.”

¿Cómo te imaginás a La Matanza en los próximos cuatro años?
La Matanza es mi lugar en el mundo, no la cambiaría por nada, es el lugar donde nací, donde crecí, donde estudie, donde milito, donde vive mi familia y mis amigxs, y donde encontré el amor. No puedo imaginarme viviendo en otro lugar. Y te cuento esto porque mi respuesta no va a ser muy objetiva (se ríe). La Matanza no solo es el municipio más importante del país en muchos sentidos, sino que quienes vivimos acá nos hemos vuelto personas que aprendimos a resistir: en lo social somos extremadamente solidarixs, en lo político somos personas de gran coraje y en lo cultural somos muy diversos y antagónicos. Por lo tanto, pensar la respuesta implica pensar en sueños y anhelos personales muy ligados a esta identidad matancera.
Dicho eso, la imagino poderosa y desarrollándose en todas direcciones. Con una gran capacidad de resistir los embates de la derecha y los anti pueblo. Y lo hago de esa forma porque conozco a quienes vivimos acá, somos una fuente inagotable de cuadros políticos y sociales peronistas que no temen debatir los asuntos de todxs. Por eso nos reconocemos la capital nacional del peronismo. A La Matanza le espera un futuro extraordinario, aun cuando se presenten desafíos y momentos difíciles, estoy convencido que lxs matancerxs seremos capaces de seguir alzando las banderas de la soberanía política, la independencia económica y la justicia social que nos encomendaron cuidar Juan Perón y Evita.
Y en ese sentido, esta ordenanza y todos los asuntos sobre géneros y diversidades encontrará el cauce suficiente para seguir en el camino de desarrollo y ampliación de derechos. Porque hay un proyecto peronista con historia que está más vivo que nunca, porque no estamos pensando en relegar ninguna conquista, porque no nos vamos a dejar arrebatar la alegría, porque no nos vamos a dejar llenar el corazón de odio, sabemos, como decía Jauretche, que el arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza. Nosotros estamos acá, en nuestra patria chica, intentando hacer lo que podemos para contribuir a una patria más justa, más libre y más soberana.

Como Concejal, y también como persona: ¿qué les dirías a las generaciones más jóvenes?
Hay un mensaje que es contundente y no es mío, pero que no me voy a cansar de decirlo: sean transgresorxs, opinen, la juventud tiene que ser un punto de inflexión del nuevo tiempo. El que es extremadamente educadx, modositx, se porta muy bien, y se inclina siempre frente al poder determinado y no defiende los intereses que tiene que defender, termina de rodillas y arrodilla al país.

Si unx no pelea, las cosas no se logran.

Pero ojo, que quede claro, debemos volvernos hábiles en el análisis y el pensamiento crítico para poder dar contundencia a la organización que encuentre cohesión en la solidaridad, es decir, nadie nos va a venir a formar y preparar para cuestionar el sistema ni discutir los asuntos verdaderamente importantes, al contrario, nos quieren calladxs y ubicadxs, nos quieren diciendo “si, bwana”. Pues no, debemos las juventudes volvernos altamente calificados para entender cómo funciona el sistema, para saber cómo debemos transformarlo con gran agudeza analítica, no podemos dejarnos seducir por la liviandad reflexiva y la mercadotecnia mediática hegemónica, y menos aun lxs que estamos decididxs a formar parte de la política, del campo nacional y popular, y del peronismo. Y no es una cuestión de elite académica, es una cuestión de democratizar el conocimiento y el pensamiento crítico, romper los muros que encorsetan los estándares educativos para poner la educación pública al servicio de nuestro pueblo. Estudien, fórmense, salgan a la calle, vean a sus vecinxs a los ojos y militen. Lxs jóvenes somos el motor del cambio y las transformaciones que nuestra generación y lxs que estuvieron detrás de las mía soñamos y anhelamos. Nosotrxs estamos acá para generar las condiciones para que ese trasvasamiento generacional sea lo menos traumático posible, no queremos que les cueste lo mismo que nos costó a nosotrxs, queremos que las próximas generaciones sean capaces de volver realidades efectivas lo que nosotrxs no pudimos. De eso se trata todo, la felicidad del pueblo y la grandeza de la nación.

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