Mujeres al frente

El rol de la editoras de género: resistencias y desafíos

 

Por Carolina Carrizo. Especial para La Marea Noticias

Actualmente en Argentina hay 9 editoras de género, una figura relativamente nueva en las redacciones que resiste a oposiciones y detractores.  En los últimos meses, 3 periodistas dejaron de ocupar ese rol en medios de diferentes lugares de nuestro país,  pero otras logran continuar con este desafío.

Quienes están en funciones son: Mariana Iglesias (Clarín); Laura Loncopán Berti (Diario Río Negro); Julia López (Sistema de medios de la Universidad Nacional de Cuyo); Silvina Molina (Télam); Gabriela Pellegrini (Chaco TV y Radio Provincia); Clarise Sánchez Soloaga (República de Corrientes); Ingrid Beck (Letra P); Lorena Leeming (Diario Jornada y Cadena Tiempo, Chubut); Maby Sosa (Tiempo Argentino).

El rol de la editora de género es importante dentro de los diferentes medios de comunicación, es una tarea estratégica en el cambio de normas, concepciones sociales y culturales, que contribuye a generar una visión del mundo más justa e igualitaria. Pareciera que lentamente se va tomando conciencia de la importancia de esta figura en los medios y a la vez hay aún una cierta resistencia.

Desde La Marea Noticias conversamos sobre el tema con Silvina Molina, actualmente editora de Género y Diversidades de Télam.

¿Qué implica la tarea de ser editora de género y diversidades?

Es una novedad todavía en el mundo, porque es una función periodística relativamente nueva en los medios de comunicación, tiene distintos nombres, aquí en Argentina nos llamamos editoras de género, en mi caso de género y diversidades… cuando me lo ofrecieron fue una alegría creo que es un reconocimiento a una trayectoria persona y un reconocimiento al trabajo que hacemos colectivamente quienes trabajamos en la agencia pública de noticias

¿Cuál sería el ABC para comunicar desde una perspectiva de género? ¿Qué tenemos que tener en cuenta para los títulos, para las imágenes, para el desarrollo de la noticia?

Por empezar que no estén ausentes las protagonistas de esas noticias, es decir, no puede haber solo fuentes masculinas en una nota, si estamos hablando de un tema que tiene que ver con migraciones, que tiene que ver con afrodescendientes, que tiene que ver con adultos mayores, ¿dónde están las voces de esas personas? No podemos quedarnos con las noticias siempre dichas, analizadas y como fuente de las noticias, un hombre blanco, de clase media, porteño; tengo que adecuar esa noticia, tiene que tener las distintas voces que tiene nuestro país.

El ABC es ver que las fuentes sean diversas y que las fuentes que están opinando en esa nota y que me ayudan a construir las noticias, son representativas del tema que yo estoy tratando, después hay cosas muy específicas que tienen que ver con que no se muestran niñeces violentadas, de ninguna manera, es violatorio además de la ley, no se muestran cuerpos de mujeres violentados o asesinadas.

Tenemos un femicidio por día en Argentina, esos cuerpos no se muestran más, de ninguna manera. Ahora yo voy por más, y estoy insistiendo mucho que hablemos de los femicidas, o sea quién mató a una mujer por el hecho de ser mujer, un hombre, si por razones legales no lo puedo nombrar, porque todavía no está procesado, porque todavía no está juzgado, porque todavía no está condenado, tengo que poner la acción, el verbo, donde corresponde, es decir: un hombre mató a una mujer, el exmarido, el marido, la expareja, el hijo mató a una mujer o sea, hay alguien que se tiene que hacer cargo de ese asesinato, y a ese alguien hay que nombrarlo.

¿Fue una bisagra el 3 de junio del 2015, el NI UNA MENOS? para empezar a replantear con datos más concretos y con realidades este tema de la perspectiva de género y todo lo que implica?

Creo que fue una bisagra en cuanto a la masividad y al mensaje que dio la sociedad a los distintos poderes del estado y al mismo periodismo, tenemos una historia riquísima en la Argentina de redes de periodistas, el Encuentro Nacional de Mujeres, ahora Plurinacional, tiene más de 30 años y es único en el mundo, ahí siempre hubo periodistas, siempre estuvimos las periodistas, hay construcciones colectivas que nos veníamos dando las periodistas, y formándonos para incidir en los medios de comunicación, a veces había que pelear mucho para que en un medio quieran cubrir violencia de género o femicidios…

El impacto del NI UNA MENOS en 2015 no fue una burbuja, fue todo un trabajo que, de pronto, logró la masividad que se necesitaba y colaboró mucho por supuesto, fuimos tapa y noticia en todo el mundo con esta manifestación, creo que a partir de ahí, como todo logro, había que sostenerlo, ahora no tenemos ese tipo de manifestaciones, esa es la realidad, y las otras manifestaciones fueron las de 2018 y 2020, cuando se aprobó la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, pero después es raro que veas, no podemos estar todo el tiempo en la calle reclamando, la verdad que tenemos un montón de leyes en la Argentina, tenemos un montón de logros a nivel de las distintas áreas de las que queramos hablar.

¿Ahora cómo se sigue?

Creo que lo que falta sostener y por eso hace falta un compromiso político de quienes gobiernan, pero también político de quienes son dueños o directivos de medios de comunicación, no podemos vivir en la calle mostrando masividad eso ya está, ya lo mostramos, ahora cada quien se tiene que hacer cargo de lo suyo, no nos podemos hacer cargo de todo ni nos interesa hacernos cargo de todo, eso es de una omnipotencia que termina siendo un retroceso ya avanzamos los avances ya están, los derechos no se discuten, ahora ¿cómo hacemos para sostener esos derechos adecuadamente en la agenda mediática?, que es lo que no corresponde a nosotros no.

Finalmente, Silvina, ¿qué crees que se debería hacer?

La gran deuda de la Democracia con las mujeres es el poder judicial de Argentina ya sea nacional o de las distintas provincias, tienen todas las leyes necesarias para proteger y prevenir las violencias y los abusos.

El tema es como se usan esas leyes, ya estuvimos en la calle nosotras y nuestras antepasadas, estamos en 40 años de democracia y es fascinante la historia de la lucha de las mujeres en este país y las más chicas lo están haciendo todavía. Entonces ¿qué están haciendo con todas esas leyes?, creo que esas cosas también hay que decirlas y hay que hablarlas porque si no es una posición en que se cruzan de brazos y se quedan con mucha comodidad, a ver si nosotras seguimos haciendo eventos masivos o no, ¡pues no!, ya tienen las herramientas para hacerlo, ¿qué pasa que no lo hacen?

 

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