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Injusticia trans odiante en traslasierra: absolvieron al único acusado

Una sentencia vergonzosa se emitió en el día de ayer en los tribunales de Villa Dolores. Matías Farias, acusado de homicidio en grado de tentativa por la violencia ejercida contra Maxim Tabari hace diez años atrás, fue absuelto. Se lo condenó a dos años y ocho meses por desacato a autoridades policiales en un hecho ocurrido en 2017.

por Romina Pezzelato

Fotos: gentileza Mesa de Derechos Humanos de Traslasierra y Casa Diversa

Maxim tenía 19 años y dormía en su casa en Villa Sarmiento, cuando Matías Farías junto a su sobrino Axel Farías (en ese momento menor de edad), ingresaron y la golpearon con un palo hasta quebrarle el cráneo. 

Sus vecinos llamaron a la policía, la auxiliaron y fue derivada a Córdoba de urgencia donde fue sometida a una cirugía. Desde esa noche de abril hasta acá Maxim está medicada. Las secuelas son de por vida.

Los médicos forenses que la revisaron en el marco de la causa dieron cuenta de la gravedad de los golpes, y el informe dejó en claro que se trató de una tentativa de travesticidio. Así lo entendió la fiscal Eugenia Ferreyra quien, si bien no solicitó el cambio de carátula,  pidió una pena para Farias de 5 años y siete meses porque entendió que el imputado es coautor de lesiones graves-con alevosía-y por cometer tal delito con un menor. 

Ferreyra consideró como agravante la calidad de motivos por el que cometió este ilícito (venganza por anteriores problemas con la victima), por la indefensión de la víctima (estaba durmiendo) y porque la varilla usada (de alambrado de 1,10 cm de largo por 6 de ancho) llevaba la intención de producir daño (La escala penal para este delito es entre 3 y 19 años).

Se dicen hechos de violencia de género a los que se vinculan a la violencia ejercida en razón de la identidad de las mujeres e integrantes del colectivo LGTBIQ+. En este caso, se trata de violencia trans odiante dado que Maxim es una mujer trans.

La jornada de ayer fue extenuante pero llena de expectativas. Maxim estuvo acompañada al igual que en cada una de las audiencias, en una espera que se extendió por más de 12 horas. Aguardando la justicia que finalmente no llegó.

Farías fue absuelto por el cargo de homicidio en grado de tentativa, y se lo condenó a dos años y cinco meses por desacato a la autoridad en el año 2017. Al expedirse, tanto el jurado popular de casi doce personas, como los jueces Jueces Carlos Escudero, Sergio Ponce y Pablo Cabral, no se hizo mención a los golpes que Maxim recibió, pese a la cantidad de testigos que dieron cuenta del nivel de violencia trasnodiante del que fue víctima.

No se tuvo en cuenta el informe de los médicos forenses, ni los diez años de espera de una víctima que fue revictimizada.  

 

En su alegato, el abogado querellante Germán Romer Marcón, sostuvo que Matías Farias es culpable de homicidio calificado por alevosía, con el agravante de involucrar a un menor y por mediar odio de género. Acusó a Farias de ser coautor penalmente responsable y solicitó también investigar el incumplimiento de funcionarios públicos a policías y agentes del poder judicial que instruyeron esta causa sin las pruebas necesarias.

 

Por su parte, el abogado defensor, Juan Pablo Bastos,  puso en duda todo lo presentado tanto por la fiscal como por la querella. No puso en duda que el menor- sobrino de Farias, Axel Farias -cometió la golpiza, pero expuso que ningún testigo testimonia que Farias estaba en la habitación donde se produjo el ataque.

 

En ese contexto, al hacer uso de sus últimas palabras, Maxim sintío la necesidad de desmentir todo lo que había escuchado. No pudo decir todo lo que vivió y padeció en estos diez años de espera, ni de lo que sintió en estos días desde que comenzó el juicio, esperando a diario afuera de tribunales. No pudo continuar ya que el juez Escudero le pidió que no continuara dado que su relato parecía una nueva declaración. Maxim necesitaba desmentir, nuevamente estaba siendo violentada.

Diez años esperó Maxim para llegar a un juicio en el que, los expedientes “aparecieron_” gracias a su insistencia, sus declaraciones al momento de los hechos no traducen lo que ella dijo, el palo con el que la golpearon nunca apareció, ni las fotos que daban cuenta de las lesiones. A esto se suma la falta de explicaciones para que a lo largo de todas las audiencias se impidiera el ingreso tanto de Maxim como de activistas de la Mesa de Derechos Humanos de Traslasierra y de Casa Diversa, organizaciones que la acompañaron en cada una de las jornadas. No se pudo entrar. No hubo explicaciones ni respuesta oficial a la nota que en el día de ayer llegó a la Cámara del crimen de los tribunales de Villa Dolores, de parte de Mariano Ariel Przybylski, Director Nacional de Políticas Contra la Violencia Institucional de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.

Audio: Abogado querellante Germán Romero Marcón, al salir de tribunales. gentileza Mesa de Derechos Humanos de Traslasierra.

Mary Luque, una de las integrantes de la Mesa de Derechos Humanos de Traslasierra expresó su profunda decepción: “ es muy desgastante llegar a un resultado como este luego de sostener un juicio con tantas desprolijidades como este. Es devastador recibir este veredicto. No quiero imaginar como está Maxim. Afuera un grupo de activistas estuvo haciendo el aguante más de doce horas y quienes dieron la sentencia no pudieron ver la violencia de la que fue víctima Maxim, que casi le cuesta la vida. No sé cómo se sale de esto”.

 

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