Diversidad

Los 15 de Tiziana: La niña que sembró esperanza en Salta 

Tiziana cumplió 15 años. La niña trans que, con 9 años, visibilizó la lucha por el reconocimiento de la identidad de género en Salta, y se convirtió en una esperanza de otros modos posibles de vivir para niñxs y jóvenes trans, de aspirar a una vida sin violencias no como una contienda sino como un derecho.    

Por María Pía Ceballos. Edición: Santiago Merlo.

La noche del último sábado de febrero se realizó la fiesta de cumpleaños de Tiziana, muchos nervios pero el brillo intacto en sus ojos y en los de Graciela y Damián, sus xadres, quienes con una felicidad única repetían: “ lo logramos”.

Desde temprano acompañé a Tizi en la previa, salí una horas antes de casa a tomar el bondi, y cuando llegué la vi con el peinado y make-up ya listos. Nos abrazamos de la emoción y charlamos hasta la hora de ayudarla con el vestido. Antes de las 23 nos buscó su tío para llevarnos al salón, en la puerta nos estaba esperando Mary Robles activista trans de ATTTA-GTS. Tiziana eligió entrar al salón junto a dos travas, con Mary y conmigo de Mujeres Trans Argentinas (MTA).

Nos sentimos muy orgullosas de nuestra pequeña, porque la vimos crecer.

Tiziana ingresó a la fiesta con Mary Robles y la autora de esta nota, Maria Pia Ceballos.

Mucha gente que quiere a Tiziana se sumó a la colaboración para hacer la fiesta, como la Tía Betty, una compañera trans adulta de 62 años quien realizó la comida para la fiesta. Esa noche sólo hubo colores de arcoíris, sonrisas de alegría, cumbia, copeteo y felicidad de celebrar la vida de sus significativos 15 años.

Su primera revolución

Tiziana cursaba el cuarto grado de la Escuela primaria N° 4.033 República Argentina del barrio Casino en la ciudad de Salta cuando, con su corta edad, enfrentó a la maestra pidiendo ser llamada por su nombre de identidad: “dígame Tiz o solo Tiziana señorita”. Con estas palabras, la niña valiente marcaba un acto político al exigir el reconocimiento del derecho a la identidad de género.

Las cartografías de experiencias travesti trans en las escuelas están atravesadas por la deshumanización de quienes viven procesos de transición de identidad de género no binaria, y sus vidas no son protegidas. Por el contrario, persiste el prejuicio, la discriminación y múltiples violencias que se recibe por parte de adultxs, compañerxs y/u otros agentes de la comunidad educativa.

En la escuela salteña cuestionaban a la niña por sus uñas pintadas, también por llevar hebillas en su cabello o por su vestimenta que no coincidía con su sexo al nacer. Fueron innumerables batallas para una niña y su familia, para sus xadres Graciela y Damián, particularmente, quienes enfrentaron a un mundo que castiga a quienes se salen de la heteronorma patricarcal.

Graciela, la mamá, (que se llama como mi madre) afectuosamente “la Grey”, una guerrera, tenía los ojos en compota cuando la conocí, temiendo que algo malo le pasara a su niña, en ese momento su niño. El amor la llevó a escuchar, sin golpes, sin violencias y abrazar a su hija trans.

Por infancias libres de violencia

Las travas adultas sabemos por nuestras infancias/adolescencias que recibimos violencias por solo expresar la mínima mariconada, todo aquello que fuga de la norma debía ser disciplinado, explotado y exterminado. Nuestros cuerpos conjugan esos dolores, cicatrices y también la lucha contra la opresión, racismo, desigualdad y terricidio.

Nuestra memoria es comunitaria, ancestral y grita con la llama de la furia travesti.

Graciela acompañó a su hija y luchó con todo su corazón para defenderla de los sectores políticos más conservadores, y sus discursos de derecha anti-trans como el innombrable Agustín Laje, Nicolás Márquez, Andres Suriani, entre otros trans-odiantes. Allí también acompañamos todes, para defender a nuestra hermana, la más pequeña. Tan es así, que una tarde de lluvia hace cuatro años, nos convocamos con les compañeres frente a un colegio donde Laje iba a dar una charla y encolumnadas bajo el grito: “Señor señora, no sea indiferente, se mata a las travestis en la cara de la gente”, expresamos nuestro repudio a su presencia en la ciudad.

Nuestra hermana, la más pequeña fue creciendo, y nosotras con ella, muches abrazamos nuestras niñeces y tomamos conciencia que nadie debe sufrir las violencias que nosotras pasamos, por eso ella sabe que no está sola, que cuenta con nosotras, con nosotres.

Tiziana enfrentará nuevos desafíos en un mundo que aún es desigual y cruel con nuestras identidades, porque aún persisten los códigos de contravenciones en Salta que nos criminaliza, nos morimos por transfemicidios y travesticidios. En la región nuestra expectativa de vida es de 38 y 40 años…

Gritamos con furia travesti el legado de Lohana Berkins y Diana Sacayán, nuestras hermanas que ya no están siguen vivas en nuestras memorias. Juntas sostenemos el fuego sagrado por nuestras ancestras y por les espíritus del cielo rojo de las travestis que nos alientan a seguir luchando, porque las travestis merecemos ser felices y, como dice La Susy Shock en Hojarascas, “No queremos ser más esta humanidad“.

Tiziana, hermanita, gracias por llegar a nuestras vidas y traer esa magia que renueva nuestras militancias y activismos.

“Bella ten el coraje de jamás rendirte ante tus sueños

que tu viaje en este mundo 

sea menos cruel y con más felicidad,

que te amen, valoren y respeten

por quien eres

que no te importe el qué dirán

y jamás olvide tu revolución

tu identidad

tu lucha es nuestra lucha, 

porque caerán

hasta los

gusanos capitalistas».

Feliz vida, felices 15 años Tizi

Tiziana junto a su mamá guerrera, la Greys.
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