Violencias

Inicia el juicio contra Agustín Camargo, acusado de abuso sexual con acceso carnal

 

El hecho por el que será juzgado ocurrió en marzo de 2019. La sobreviviente tenía 19 y había salido a un boliche bailable con un grupo de amigas. Cree que le colocaron una droga en la bebida y aprovechándose de su indefensión, fue forzada a mantener relaciones sexuales en la puerta del lugar.

Por Magdalena Bagliardelli. Redacción La Marea Noticias

Lucía llegó temprano a Tribunales. Más de tres años tuvo que esperar para ver a su atacante sentado en el banquillo de acusados. Hace dos semanas, la joven se lo cruzó por las calles de la ciudad y aún le cuesta digerirlo.

 

Este jueves y viernes, en los Tribunales de Río Cuarto, se realizará el juicio contra Ricardo Agustín Camargo, quien está imputado desde 2020 por el fiscal de instrucción, Daniel Miralles.

 

En esta oportunidad, la familia de Lucía espera que se pueda reconstruir lo que sucedió aquella madrugada en la puerta del local bailable de Río Cuarto y que la justicia repare todo el padecimiento que sufre la joven desde aquella vez. La querella encabezada por Rosa Sabena pide una condena por abuso sexual con acceso carnal, lo que prevé una condena de seis a diez años de cárcel.

 

“Estamos con nervios y entre miedo y angustia porque va a ser un momento difícil para Lucía, pero con muchas ansias de que condenen al violador, que lo manden a la cárcel como corresponde”, dijo Carla Vizcarra, mamá de Lucía.

La joven que hoy tiene 22 y cuya vida se vio truncada por este delito quiere dar su testimonio. “Fue fortalecida con profesionales para poder dar su testimonio, ella es la víctima y quiere hablar, quiere que sepan qué pasó realmente”, expresó su mamá

 

El lunes posterior al ataque sexual Lucía tenía previsto iniciar clases particulares para ingresar a la carrera de Medicina en Córdoba. “Esto le cambió la vida. Empezó la preparación y su cabeza estaba en otra”, añadió. Después empezó Veterinaria, ”andaba bárbaro, pero empezaron a salir las noticias de nuevo y ella sintió que la reconocían en la universidad, se empezó a sentir mal de nuevo y no pudo seguir, volvieron los miedos y la medicación psiquiátrica”.

 

Estos años fueron larguísimos para la familia, que desde el día uno tuvo que iniciar un peregrinaje por dos comisarías y finalmente acercarse a Tribunales para que les tomaran la denuncia. Además, la mamá de Lucía señaló con indignación que “el psicólogo del violador trabaja también en el ámbito de tribunales y nos parece terrible”.

 

La familia no quiere un juicio abreviado. Esperan ir a fondo con la verdad y que no haya más Lucías presas del temor y la angustia, ni violadores libres

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