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Sampacho: En el pueblo donde reside el cura abusador Pinamonti, se realizará un conversatorio sobre abuso sexual en la iglesia

En la pequeña localidad de fuerte arraigo católico, a donde la fiesta patronal de la Iglesia tiene más importancia que el cumpleaños del pueblo, un grupo de mujeres agrupadas bajo el colectivo  “Ranquelas”, realizará este sábado a las 15,30 horas un conversatorio sobre violencia y abusos en la Iglesia. “De qué hablamos cuando hablamos de violencias y abusos en las Instituciones Religiosas?” es el tema sobre el que se invita a la comunidad en general a debatir sobre  ejes de enorme trascendencia, que actualmente circulan de boca en boca.

 

La denuncia pública realizada contra el cura Héctor Pinamonti, quien sigue siendo parte de la Iglesia pese a la condena canónica que lo encontró culpable del delito de abuso sexual infantil, despertó múltiples reacciones en el sur de Córdoba. Entre ellas, otras dos mujeres de distintas localidades denunciaron haber sido víctimas del mismo delito, y el pueblo de Sampacho, a donde reside actualmente el cura, marchó para repudiarlo.

 

“El conversatorio surge a raíz de los casos de abuso denunciados contra el cura violador Héctor Osvaldo Pinamonti, por la necesidad de crear un espacio de reflexión con respecto a este tema. Nos dimos cuenta de que se generó una grieta, nadie pone en duda que el hecho es aberrante, pero hay quienes creen que esto es  responsabilidad de una sola persona, y separa a la iglesia católica como institución. Nuestra idea es que se entienda que este no es un hecho aislado, sino que incluye a la iglesia como parte de una institución encubridora de todos estos abusos”, dijo a La Marea Noticias Laura Bainotti, integrante de la agrupación organizadora.

 

Para debatir sobre el tema convocaron a “Católicas por el Derecho a Decidir”, una organización de larga trayectoria que según definieron desde Ranquelas “está comprometida con la defensa de los derechos de las mujeres y la comunidad LGBTIQ+ desde una perspectiva teológica y en contra de los fundamentalismos religiosos”. Lo interesante según manifestaron, es que es un movimiento que cuestiona a la iglesia desde adentro.

 

En la oportunidad no sólo hablarán de abuso sexual,  sino también de otras violencias de género que suceden pero que muchas veces se invisibilizan o naturalizan. El colectivo Ranquelas surgió hace tres años, justamente por la necesidad de decir frente a un caso de violación e intento de femicidio, que se trataba de  violencia de género, y no  de inseguridad,  como intentaron  enmarcarlo en ese momento  representantes de la Iglesia de la localidad.

 

“Ayer cumplimos tres años, empezamos a militar el feminismo con muchísimo esfuerzo, cuesta abrirnos espacios, y este conversatorio es para nosotras más que un logro”, sintetizaron desde la organización, con la esperanza de que esta instancia sirva para “interpelar”, y poner en palabras las violencias que persisten, como primer paso para erradicarlas.

Para comunicarse con el Colectivo Ranquelas escribir al IG @colectivoranquelas

 

Sobre el cura

A raíz de la publicación que realizamos desde este medio en una nota que fuera realizada por Carina Ambrogi y Pablo Callejón, se visibilizó el caso de abuso sexual infantil de una mujer que denunció al Cura Héctor Pinamonti ante la justicia canónica. Después de 4 años de proceso, el hombre fue encontrado culpable del delito, y la Diócesis de Río Cuarto a cargo del Obispo Uriona, pidió como pena solamente que el cura no pueda ejercer el cargo en público. Desde entonces se desentendieron de cualquier responsabilidad sobre la denunciante, y no comunicaron esta sentencia con la comunidad. Por este motivo M., como identificamos a la sobreviviente de los abusos, denunció ante la justicia ordinaria a la Diócesis, representada por la abogada Jacqueline Cattaneo.

A continuación las notas publicadas sobre el tema:

Tercer testimonio contra Pinamonti: una mujer dijo que fue abusada antes de la misa de los niños

Río Cuarto: Condenan a sacerdote de la región por abuso sexual y la sobreviviente demandó al Obispado

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