Por Romina Pezzelato
Fotos: Gentileza «La Carlota diversa»
La Carlota (provincia de Córdoba) es la localidad de mi familia materna. Gran parte de mi niñez y adolescencia sucedió en visitas allí. Con los permisos de un lugar tranquilo y las licencias para salir que no tenía en Río Cuarto (donde vivía en ese entonces).
Las calles anchas, las siestas largas y los saludos permanentes a personas que no conocía apenas salíamos a la calle en una de esas localidades en las que “todo el mundo se conoce”.
Asentada en el sudeste de de la provincia, cabecera del departamento Juárez Celman y con 12700 habitantes, se emplaza con las características de tantas ciudades vinculadas a los agronegocios que comandan gran parte de las dinámicas productivas, sociales y culturales. Pocas familias enriquecidas, sumamente enriquecidas y una clase media conservadora dependiente de “lxs dueños del pueblo”. De eso bien sabemos en tantas localidades del centro del país.
Mover el avispero
Lo cierto es que en las localidades más chicas ser diferente es más visible, más difícil y muchas veces más violento que en el anonimato de las grandes urbes. En el pueblo no te perdonan.
Las expresiones rebeldes o subversivas tienen menos margen. Hay una “tranquilidad” que mantener a costa de dolorosos silencios. Y cuando ya el silencio no se aguanta, sobreviene el exilio, el tener que irse.
Este enero La Carlota nos demostró que los tejidos del mundo diverso que somos y del mundo libre que soñamos también impregnan rincones inesperados.
Se realizó la primera marcha por la visibilización del colectivo LGTBIQ+ en el marco de un proceso organización y articulaciones que lleva varios años.
Uno de sus organizadores José Hid (integrante de “La Carlota diversa” y la “Mesa de la diversidad”) afirmó en diálogo con La Marea: “se trató en esta primera instancia de visibilizar, de mostrar: acá estamos, acá vivimos. Somos parte de esta comunidad y lo fuimos siempre…”
La propuesta fue visibilizar la vulneración hacia las personas trans de la localidad y poner en agenda todo lo que falta en materia de derechos en la localidad.
La iniciativa surgió de la organización local “La diversidad La Carlota”, a raíz de la negativa que recibieron por parte del municipio para izar la bandera de la diversidad el pasado año, si bien hoy el escenario es de diálogo en búsqueda de avanzar en el acceso a derechos en la región.
Desde enero del 2021 este espacio viene haciendo resonar sus demandas en la localidad y en la región.
El pasado 16 enero se cortaron las principales calles de la ciudad en una acción conjunta junto a organizaciones de otras localidades como Villa María, Reducción (localidad de la que partició también el intendente) y Alejandro Roca.
“Esto fue histórico. Que haya habido un corte de calles en la ciudad por nuestras demandas, en nuestra propia ciudad… fue muy emocionante”, expresa José.
Luego de la marcha se realizó un festival con dancers, bandas, raperxs, djs y diseñadores audiovisuales. Jorge valora enormemente la participación de personas de diversas edades, casi 200 personas se hicieron presentes en una jornada histórica para toda la comunidad carlotense.
«Las repercusiones a nivel social fueron muy buenas», valora el activista.
2022 de todos los colores
Respecto a cómo se proyectan para el corriente año, Hid afirma que planean una agenda de acciones en diferentes sentidos:
Avanzar en la gestión del cupo laboral trans, plazoleta de la diversidad para que nuestra bandera sí tenga un lugar en la ciudad, construir y compartir una agenda de efemérides que sea visible en la ciudad, la implementación de la Ley Micaela y la ESI, campañas para difundir información y concientizar sobre las violencias que vive la comunidad LGTBIQ+, y fortalecer una red de organizaciones junto a las localidades mencionadas.
Hoy el trabajo de la organización tiene su foco en el cupo laboral trans, eje fundamental sobre el que ya informaron al intendente de la localidad Fabio Guaschino. Se conformó una comisión redactora integrada por un equipo de abogadxs: Juliana Barbieri, Francisco Ametrano, Fabián Caffaro, Agustina Vazquez, Pablo Cavaignac y la Subsecretaria de políticas de diversidad del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad Alba Rueda, como consultora externa. Actualmente se avanza en la redacción del proyecto para ponerlo a disposición de lxs concejales.
Las acciones realizadas se financiaron con el apoyo de la comunidad, con la venta de productos, donaciones y acompañamientos de personas que a la distancia también suman su aporte como es el caso de Pablo Cavaignac quien estuvo acompañando desde Buenos Aires.
“Todo se ha tejido muy a pulmón. Se conformó una mesa de la diversidad y estamos proyectando avanzar hacia la personería jurídica. Lo dimos todo para que salga bien y los resultados fueron hermosos”, expresa José lleno de orgullo y agrega: “Hoy La Diversidad es un espacio de contención para muchas personas que en La Carlota no contaban con alguien que lxs contenga y escuche”.
