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Abusos del ginecólogo Dahse: “Hizo lo que quiso conmigo”

En los últimos días se sumaron más relatos de sobrevivientes del ginecólogo correntino denunciado por abuso sexual. Dos de ellas dieron su testimonio, ambas dijeron lo mismo: el médico las sedó y las violó. Gerardo Dahse tendrá que declarar el 3 de noviembre ante la Justicia.

 

Por: Red de Periodistas y Comunicadoras de Corrientes

 

 

En septiembre Violeta pudo contar el abuso que sufrió por parte de su ginecólogo, Gerardo A. Dahse, durante un control médico en su consultorio ubicado por Rivadavia y Salta en la capital correntina. Después que su relato se hizo público en las redes sociales, se conocieron las historias de más mujeres que habían vivido abusos y violaciones hace más de dos décadas. Hasta el jueves, eran 17 las mujeres que relataron haber vivido abusos por el profesional en su rol de médico – paciente. Esta semana el médico fue citado a declarar ante la Justicia para el 3 de noviembre.

 

 

Voces de las sobrevivientes

 

Una de las sobrevivientes del ginecólogo correntino Gerardo Dahse, contó los abusos que vivió en el consultorio de este médico.

Rebeca* tiene 33 años y vive en el exterior. A los 18 años fue a una consulta ginecológica junto a su madre, que conocía al médico y a quien le tenía confianza.

Como Rebeca iniciaba su vida sexual, la madre la llevó a consultar por inyecciones hormonales para prevenir embarazos no intencionales. Gerardo Dahse, el ginecólogo, las atendió y les recomendó colocar un DIU (dispositivo intrauterino). Les comentó que era algo “de diez minutos, se pone y se saca rápido y fácil». Ellas aceptaron y la próxima visita iba a hacerse la aplicación del dispositivo.

Como iba a ser una consulta breve, Rebeca asistió sola al consultorio (sin la madre), aunque la acompañó su amigo y su exnovio que la iban a esperar afuera.

«Entré sola y el doctor me preguntó si podía cerrar la puerta por privacidad, cosa que nunca había hecho y yo voy y me acuesto en la camilla, como preparada para irme enseguida y me dijo: ‘esto te va a re doler, te voy a tener que dilatar y te voy a tener que poner anestesia pero no te la voy a cobrar'», relató la sobreviviente.

A lo que agrega «imagínate que yo tenía 18 años, ni idea de nada y le dije que bueno. Yo ya estaba sin ropa interior.» Rebeca expone «pensé que me iba a poner anestesia local, pero sacó un catéter, una jeringa y me puso en el brazo. Obviamente no pasaron ni 40 segundos y me dormí. Al ratito me despierto, no podía mover el cuerpo y él estaba encima mío, violándome. Después de ver eso me vuelvo a dormir y no recuerdo cómo llegué a mi casa.”

“Cuando me desperté en mi casa no entendía nada, me dolía la cabeza y empecé a sentirme mal. Mi amigo y mi novio me dijeron que tardé como una hora y media adentro del consultorio», contó Rebeca y agregó que ellos le dijeron que en la clínica (Ex Instituto de la Mujer) después de esa hora y media subieron a buscarla y que no había nadie en el pasillo «y que al ratito salí y casi me desmayo en la escalera porque no veía el camino».

«Cuando me levanté en mi casa me fui al baño y me dolía todo adentro. Me sentía rara, para mi hizo lo que quiso conmigo. Es algo que lo tengo asumido desde el primer día que llegué a mi casa y me di cuenta que las cosas no estaban bien”, expresó.

Rebeca dice que “todo el mundo lo conoce y hay mucha gente que dice que es buena persona, y ahora, después de las publicaciones en las redes, me escribieron un montón de amigas diciéndome que el tipo ‘es un raro’, ‘a mi me anestesió dos veces y no sé por qué’, entre otras cosas”.

Ante la pregunta sobre si pensó en denunciar, Rebeca dijo que en ese entonces “pensaba: por qué me voy a gastar en hacer una denuncia si igual voy a salir perdiendo, más que nada por miedo a que todo salga mal. Hoy sí lo denunciaría porque pienso en las chicas que están pasando por eso y tienen la misma edad. Él abusa de ese rango de edad, a las que están vulnerables, siempre diciendo qué poder tiene y qué puede hacerte con el poder que tiene”.

 

***

Rita* es otra de las sobrevivientes que pudo contar el abuso que vivió dentro del consultorio del ginecólogo Dahse a partir del relato de Violeta en redes sociales. La valentía de Violeta animó a más de 15 chicas a romper el silencio y poner en palabras los abusos que sufrieron. La mujer relató que el abuso ocurrió en 2008, cuando durante un aborto clandestino el médico la anestesió y la violó.

“Él trabajaba en la Clínica de la Mujer en ese momento, todo el hecho pasó ahí en un consultorio. Yo me fui con mi novio de ese momento por un embarazo no deseado, nunca antes lo había visto a Dahse, sólo llegué a él por otra ginecóloga”, relató la mujer. Cuando llegaron, el médico les atendió en un consultorio, al lado de otros consultorios, hizo la consulta, les dijo que les iba a cobrar $800 y programaron una fecha.

La sobreviviente contó que “llegó el día de la intervención. No sé qué es lo que hizo, no nos explicó nada, yo no tenía idea de lo que iba a pasar”, y agregó que el médico le dijo: «Yo te soluciono». Durante la intervención Rita ingresó al consultorio con el médico que la anestesió. “Obviamente te anestesia él, quien te va a anestesiar si era un aborto clandestino. No era algo legal donde venía un anestesiólogo, él hacía todo”.

Cuando yo me estaba despertando de la anestesia, tenía su miembro en mi boca. Él me estaba poniendo su pene en la boca, yo tenía la cabeza para el costado y él me hacía comentarios sexuales”, relató la sobreviviente a los abusos del ginecólogo Dahse. “Es una imagen que yo no me puedo olvidar, apenas lo puedo describir. No hice nada porque estaba despertándome de la anestesia y estaba en estado de shock, no pude reaccionar”, agregó a su relato.

La mujer detalló que en el momento que salió de la clínica sintió “una sensación muy mala. Cuando salí de ahí sentí mucha vergüenza, no quería mirar al tipo”. Se lo conté a mi pareja de ese momento y no me creyó, entonces me intenté convencer de que no pasó. “Me quise convencer, pero el pensamiento venía siempre a mi cabeza, yo siempre recordaba”, contó.

Días después Rita se tenía que realizar una ecografía de control para ver cómo estaba todo. La persona que le realizó la ecografía le dijo:  «Está todo bien, estás embarazada. Felicitaciones». En ese momento la mujer no entendía cómo podía estar embarazada después de haberse practicado un aborto y le agarró un ataque de nervios.

Ante esa situación, junto a su pareja volvió a la consulta ginecológica con Dahse. “Volvimos y le dijimos que me hice la ecografía y todavía estaba embarazada. Era mi pareja el que hablaba, yo estaba en shock, cuando lo veía a él sentía que no lo podía mirar”. Durante la consulta el médico le preguntó: “¿Ustedes tienen en su familia antecedente de gemelos?’. En ese momento no sabíamos nada, teníamos 20 años y ni siquiera nos preguntamos si el tipo nos estaba diciendo la verdad o no”.

“Tuve que volver otro día para que vuelva a hacer el procedimiento, me tuve que quedar sola con él estando anestesiada. Hizo su procedimiento. Me fui a hacer la ecografía de nuevo y ahí si había hecho el aborto”, detalló la sobreviviente. En el marco de la clandestinidad, Rita tuvo que pasar por el momento de abortar su embarazo dos veces, aunque Dahse la anestesió la primera vez sin realizarle ningún procedimiento.

Yo no hablé con nadie de esto porque me daba mucha vergüenza todo. Lo conté recién en 2017, casi diez años después cuando una compañera de trabajo me habló de este médico”, narró la sobreviviente. “En mi mente había decidido nunca hablar de esto, hacer como que no existió, por eso también quiero contarlo porque para mí es liberador”, aseguró la sobreviviente.

La mujer explicó que la primera vez que pudo contar la violación que sufrió fue nueve años después, en 2017. “En ese año pude liberarlo y después se lo conté a mi mamá y a varias personas cercanas”, sin embargo, aclaró que recién pudo abordar el episodio de violencia contra su integridad sexual en un espacio de terapia en 2020. “La primera vez que lo conté al psicólogo fue el año pasado en terapia, en el 2020 porque fue año de pandemia, un montón de tiempo después”, agregó.

A finales de septiembre, cuando Violeta hizo público el abuso que había sufrido con su médico ginecólogo, Rita estuvo en shock un día entero ni bien se enteró. “Cuando vi las publicaciones me vino todo, fue una mezcla de sensaciones, me puse a llorar, no pude dormir, al día siguiente empezamos a contactarnos”, contó.

Entre las sobrevivientes tejieron una red de confianza y apoyo. El vínculo empezó cuando Rita vio un comentario, habló con la chica que le contó lo que le había pasado a ella y se pusieron entre las primeras seis denunciantes en contacto. “No podía creer que todo eso estaba pasando, que me estaban contando sus relatos y sentir que yo no era la única”, dijo la mujer y sumó: “Fue una mezcla de sensaciones, el shock fue mucho de algo que yo decidí no hablar por un montón de tiempo, dije ‘¿que se va a hacer justicia»’.

“Me pongo a pensar: ¿Cómo pudo aprovecharse de una persona que es su paciente y está anestesiada?. Esa es la imagen que no se puede borrar de mi cabeza, él en esa posición y yo muy vulnerable”, reflexionó Rita. También destacó la valentía de Violeta que con su testimonio apoyó a muchas otras a contar lo que vivieron. “Lo que hizo la chica que lo denunció fue reparador, porque eso a mí me hizo mal, removió cosas, removió todo, dije ‘no me puedo quedar callada, te hace mierda’”, aseguró.

Rita comentó las consecuencias de ese episodio de violencia contra su integridad sexual: “Ahora que soy más grande veo que te destruye la autoestima, que te hace sentir que no sos nadie, que pueden hacer con vos lo que quieran”. Rita continuó su testimonio: “Después del procedimiento yo tuve la sensación de que era una porquería, de que no valía nada, de que cualquiera podía hacer lo que quisiera conmigo”.

“Me destruyó la autoestima, me sentía sucia, me sentía culpable, me sentía expuesta. Me sentía ultrajada, como si hubieran hecho lo que quisieron conmigo de la forma en que quisieron«, expresó Rita. “‘Hicieron lo que quisieron conmigo’, siempre tuve esa frase en la cabeza después de lo que pasó”, concluyó la sobreviviente. “La persona cree que tiene cierto poder sobre vos de que si puedo hacer esto, puedo hacer lo otro”, explicó en referencia a los procedimientos que realizaba Dahse.

“Esa es la impotencia que tengo, tan sola en la clandestinidad, haciendo un procedimiento y que alguien haga lo que quiera con vos, que te trate como una basura”, lamentó la paciente. Rita cuenta que en 2008 cuando ocurrió la violación no entendía todas las consecuencias que tendría en su vida. “Imagínate lo vulnerable que uno es a los 20 años. Por eso la aplaudo a la chica que se animó a hacerlo público y aplaudo a las generaciones nuevas y ¡que bueno que ahora se pueda hablar!”.

Rita recordó: “Había días en que yo decía ‘no quiero pensar más esto, lo voy a guardar, dejémoslo acá, vamos a hacer como que no pasó’ pero no es así, la única manera de superarlo es enfrentarlo. Y decir ‘esto si pasó, no soy yo la culpable, el culpable es él’”. La mujer destacó las consecuencias “en la autoestima y de todo lo que te hace sentir grave como persona, en la propia sexualidad, como uno se siente, te hace sentir vulnerada”.

Sobre la Justicia, Rita expresó que no tiene expectativas, pero agregó: “Me encantaría que se le saque la matrícula y que no trabaje nunca más en su vida, que no pueda hacerle esto a ninguna mujer más”. Entre los testimonios que recabaron las sobrevivientes hay casos de abusos desde hace más de 20 años y el más reciente conocido que ocurrió en mayo de este año.

 

El tiempo de las víctimas

 

La psicóloga Hebe Vázquez Ojeda, se refirió al o los motivos por los que las víctimas no hablan y declaró que “no hablan porque no les creen. Ayuda mucho cuando se ve que se sanciona al denunciado, porque habitualmente escuchamos cómo se pone un manto de sospecha sobre quién denuncia y no sobre el denunciado. Eso hace que se teja una red de silencios, un entramado que sostiene el silencio”. Agregó además que son las y los profesionales de la psicología quienes escuchan y sostienen en privado, pero que también lo deben hacer de forma “más pública”. “Nosotros tenemos la obligación de denunciar, tenemos la posibilidad de revelar el secreto profesional cuando nos enteramos de una situación delictiva de este tipo, más si estamos en una institución pública”, indicó.

Vázquez Ojeda explicó que los abusos se dan por una relación de poder “quien abusa no busca una satisfacción sexual, sino justamente pervertir esta desigualdad de poder que hay. Por eso se dice que las mujeres tenemos más vulnerabilidad y somos más propensas a sufrir abusos, por la estructura social que nos violenta, donde estamos en inferioridad de condiciones”.

En relación al tiempo de las sobrevivientes para hablar y denunciar, la psicóloga dijo que  “estas mujeres que se enfrentan a una justicia patriarcal tienen un gran valor, son muy valientes. Yo siento que están teniendo plena consciencia de la trascendencia que tienen sus denuncias, no sólo en términos subjetivos. Por eso la importancia de las redes, donde también tenemos que estar los colegas; porque hay que sostener a quien decide denunciar, incluso a quien no. Debemos acompasar y acompañar, porque lo que sabíamos de lo psicológico de que uno habla cuando puede, ahora tiene un correlato jurídico. Uno puede hablar años después y eso sigue siendo un delito, entonces hay un reconocimiento ahí y tenemos que saber acompasar y sostener a quien hoy no es su momento de denunciar, quizás más adelante lo sea.

En esa misma línea, Rosalía Alvarado, referente de la fundación Al Fin Justicia en Chaco y sobreviviente de abuso sexual en la infancia (ASI) en lo que fue el caso más antiguo en llegar a juicio en el país con delitos investigados que ocurriron hace más de 30 años habló sobre el tiempo de las víctimas. “Una termina cargando con toda la culpa y con todo el horror que no le pertenece, que no fue su responsabilidad desde ningún punto de vista. Pasa mucho con los delitos de violencia sexual y siempre le encuentran la vuelta para ponerla a la victima en el lugar de la culpabilidad. La culpa no es nuestra, el culpable es el agresor, siempre. Ahí hay que investigar”, explicó.

 

En los casos de abusos sexuales y violaciones perpetrados por el ginecólogo, Rosalía comentó: “La sociedad correntina es muy conservadora, muy patriarcal, eso también afecta a las víctimas”. Y añadió que “siempre es terrible denunciar estos delitos que tienen que ver con la integridad sexual por todos los estereotipos que hay, que las mujeres siempre tenemos la culpa y los cuestionamientos de por qué no hicimos nada, por qué no actuamos antes, por qué nos expusimos”.

 

Sobre la relación médico paciente, la referente de Al Fin Justicia destacó: “Es un delito de una total asimetría que se da con un profesional de la salud. La paciente está recontra expuesta porque se va por una cuestión de salud que se la deja en las manos del profesional que está en una situación de total superioridad con la paciente. Una está vulnerable y encima el médico violenta sexualmente a sus pacientes, no puede quedar impune”.

 

“Ninguna víctima que llegue al Poder Judicial para contar una situación de esta naturaleza para que se haga justicia, el Estado no puede decirle ‘no, llegaste tarde’. Y agregó que en el país rigen normativas cómo los Tratados de Derechos Humanos que garantizan los derechos de las mujeres y protección integral para que “estos delitos no queden impunes”. Sobre el tiempo que les lleva a las sobrevivientes hablar de los abusos que sufrieron, Rosalía explicó: “imagínate lo quebrada que te quedas cuando te pasa algo así, hay muchas que no pueden contarlo enseguida, algunas que sí pero en general no pasa. Te llenas de culpa, de vergüenza, de miedo”.

 

Rosalía también extendió un mensaje a las sobrevivientes que se animaron a romper el silencio: “Primero las abrazaría con todo mi corazón y les diría que es muy bueno lo que hacen por ellas mismas y por otras, porque cuando una habla se empieza a sacar el horror de encima y eso es fundamental para poder vivir mejor”. También reivindicó el derecho a vivir mejor: “Tenemos derecho a vivir mejor, a vivir tranquilos, a vivir felices, a tener paz. Está bueno sacarle el horror de encima, hay que vivir sin ese horror, que uno no tuvo la culpa”.

 

“La sociedad somos todos y todas, a cualquiera nos puede pasar y a todos nos pasa algo en la vida. Lo mejor es poder reaccionar desde la escucha, desde la ternura y del acompañamiento de las víctimas, eso es lo ideal”, comentó Rosalía. A la sociedad también le dejó un mensaje: “Si están tan llenos de prejuicios y de cosas que se los quiten porque estos horrores le pueden pasar a cualquiera, por ahí están negando estas cosas porque ocultan, porque son parte o por una cuestión de prejuicios y del machismo que nos marca”. La sobreviviente concluyó: “Hay que tener cuidado porque pueden estar hiriendo a alguien que quieren mucho y que tranquilamente pudo haber pasado por ese horror. Que se pongan empáticos porque a todos nos pasa algo”.

 

 

Citado a declarar

 

Tras la denuncia realizada por Violeta el 28 de septiembre, la justicia correntina citó a declarar a Gerardo Dahse el 3 de noviembre. Además se le realizará un examen mental obligatorio.

 

 

Que se termine la impunidad

 

Organizaciones feministas y las sobrevivientes de las vejaciones, presentaron solicitudes al ministro de Salud de la provincia de Corrientes, Ricardo Cardozo, y al Colegio de Médicos, a cargo del Dr. Walter Rubén Pilchik, donde expresan el requerimiento de que, como autoridades competentes, asuman la responsabilidad en cuanto a la fiscalización y supervisión de la actividad profesional y por ello piden que se lo separe del cargo como auditor de la obra social provincial y que se le retire la matrícula para evitar todo trato con pacientes.

“En el entendimiento de que los testimonios recogidos claramente violan los principios generales del ejercicio de la medicina, es que solicitamos que se separe al médico acusado de todo trato con pacientes, ya sea mediante el retiro de matrícula habilitante o mediante las acciones previstas para tales acciones violatorias de la dignidad humana”, expresa el comunicado.

Agregan “asimismo, entendemos es imperiosa la necesidad de proceder a su urgente apartamiento del cargo de Jefe de Auditores que ocupa en la obra social provincial IOSCOR, ya que constituye una total incoherencia su desempeño en un área de contralor y fiscalización, siendo él mismo acusado e investigado por infringir normas éticas fundamentales para el ejercicio de la profesión.”

 

 

Solicitan que reglamenten el protocolo contra la violencia sexual

 

Este jueves, la Cámara de Diputados de la Provincia de Corrientes aprobó la resolución que solicita al Poder Ejecutivo que se reglamente y difunda la Ley Nº 5665 de implementación del Protocolo de acciones conjuntas para la prevención, el tratamiento y la contención de víctimas de violencia sexual.

En la sesión 12, la Cámara Baja trató sobre tablas la resolución presentada por la diputada justicialista Alicia Meixner. El pedido apunta a la reglamentación de la Ley N° 5665, aprobada en 2005, que establece como objetivo contribuir al desarrollo de políticas públicas destinadas a la prevención de situaciones de violencia sexual, entendida como un tipo de violencia de género. Mediante la norma se busca construir espacios de contención, tratamiento y asesoramiento, de carácter interdisciplinario, para la asistencia de víctimas de violencia sexual.

 

Acercar Derechos

 

Desde la coordinación provincial del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad de la Nación, informaron que en Corrientes se implementa el programa Acercar Derechos, que se trata de una política para facilitar el acceso a la justicia a mujeres y personas LGBTIQ+ en situación de violencia. El programa ofrece acompañamiento psicosocial, asesoramiento jurídico y asistencia para la realización de trámites y gestiones para acceder al ejercicio de sus derechos.

 

 

*Rebeca y Rita son nombres que utilizamos para no identificar a las sobrevivientes y respetar su derecho a la intimidad.

 

Para denunciar abusos o cualquier tipo de violencia, podés acercarte a las comisarías de las mujeres o fiscalías. En Corrientes te podés comunicar con el Centro de atención Jurídico integral a víctimas de violencia de género 379-4530311

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