El resultado del Mapa Federal del Cuidado, realizado por el Ministerio de las Mujeres, género y diversidad da cuenta de que en todo el país la infraestructura pública y privada para cuidar no es suficiente. Faltan espacios para la niñez, adolescentes y personas mayores, lo que implica que actualmente el cuidado en Argentina está “familiarizado”, y quienes lo asumen tienen mayores probabilidades de ser pobres.
Por: Carina Ambrogi
“3000 mujeres de Río Cuarto y la región podrían jubilarse con la moratoria por hijos a cargo”, sintetizó el zócalo del noticiero que entrevistó al responsable de la delegación local de ANSES, tras la aprobación de la nueva medida que rige a nivel nacional. Los mensajes en las redes sociales del medio aparecieron de inmediato, suman hasta ahora más de 300, la mayoría con el mismo sentido: “que aporten para jubilarse. Sino es una joda esto. Nos perjudica a los que aportamos toda una vida”, escribió Néstor Zabala. “Excelente!! El estado debe sostener a todas las mujeres porque es un derecho, a lo menos pudientes, a los niños y a los jóvenes!! Porque debe trabajar uno si el estado te puede mantener?? Pensándolo bien que nos mantengan a todos, porqué trabajar??, se preguntó irónicamente Gabriela.
La ciudad de Río Cuarto, segunda en importancia en la provincia de Córdoba después de la ciudad capital, no tiene nada de raro respecto de otras ciudades del resto del país. Los mensajes que surgen de las repercusiones en los medios de mayor alcance, no hacen más que graficar la configuración de sentido de la mayoría: las tareas de cuidado todavía son invisibles.
Esta misma configuración se representa en la capacidad actual del Estado para asumirlas: “La falta de infraestructura para el cuidado hace que esta dependa del bolsillo de cada familia”, aseguró en diálogo con La Marea Noticias Lucía Cirimi Obón, Directora Nacional de Cuidados.
Su afirmación surge de un relevamiento que culminó en el Mapa Federal del Cuidado, una web interactiva que permite localizar la oferta de espacios y servicios de cuidado para primeras infancias, adultxs mayores y personas con discapacidad en todo el país. Es una primera instancia de análisis de situación que desarrolló el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación y permite conocer cuál es la situación actual, y como orientar políticas públicas tendientes a abordarla.
Un mapeo que visibiliza vacíos
El relevamiento mostró que el país cuenta con 32.000 espacios de cuidado entre públicos y privados y cerca de 1000 espacios de formación en la materia. El desarrollo contó con el apoyo del Ministerio de Desarrollo Social, de Educación, de Obras Públicas, de Salud, de Trabajo, la Agencia Nacional de Discapacidad, el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social, PAMI y el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales.
Según explicó Cirimi, este resultado da cuenta de que casi sin excepción, en todo el país la infraestructura existente no es suficiente, faltan espacios para la niñez, adolescentes y personas mayores, lo que implica que actualmente el cuidado en Argentina está “familiarizado”, es decir, es responsabilidad de las familias. Dentro de éstas, recae principalmente en las mujeres. Al no existir la co-responsabilidad Estatal o empresarial, afectan directamente en la participación económica y autonomía de quienes las asumen. Uno de los principales registros del mapa es que 7 de cada 10 hogares que tienen alguna responsabilidad de cuidado con un niño o niña menor de 15 años, pertenecen a los primeros dos quintines más pobres de Argentina. Es decir, quien tiene responsabilidad de cuidado tiene más posibilidad de ser una persona pobre.
La falta de espacios o infraestructura nacional implica que sólo cuatro de cada diez chicxs asistan a un establecimiento, y en personas mayores el indicador es aún peor: el 40% de los departamentos del país no tiene ninguna residencia de larga estadía para albergarles.
“Si bien la faltante es en todo el territorio, resulta claro al ingresar al mapa interactivo que cuanto menos poblada es la localidad, menos infraestructura de cuidado hay. Particularmente en la ruralidad encontramos que cuando falta infraestructura inmediatamente tenemos como consecuencia el trabajo infantilizado, porque si no tenés donde dejar a tus chicos, los chicos terminan yendo a trabajar con vos. Hay una conexión muy fuerte entre cuidados y trabajo infantil”, aseguró Cirimi.
Proyecciones por territorio
El área que se dedica específicamente a abordar este tema es inédita en el país y así de inéditas resultan las estrategias que se tejen para generar las políticas públicas que den respuestas a lo que van testeando. “Estamos actualmente recorriendo todo el país con una campaña nacional que se llama “Cuidar en igualdad. Necesidad de derecho y trabajo”, y lo que hacemos es trabajar con distintas extracciones de cámaras empresarias, sindicatos, y toda la actualidad territorial de cada provincia para discutir con una asamblea pública cómo se cuida hoy y cómo queremos cuidar en el futuro”, explicó la responsable del área. Esta iniciativa pretende promover espacios de diálogo para debatir, recuperar y resignificar prácticas culturales en torno a lo que implica cuidar.
En estos espacios se realiza sensibilización con muestras fotográficas, canciones y otros recursos, que pretenden el cambio cultural que hasta ahora arraiga la idea patriarcal y capitalista de naturalizar que cuidar es femenino y gratuito.
Todavía la campaña no visitó la provincia de Córdoba, pero las experiencias recogidas en otras provincias fueron, según las funcionarias, muy positiva. Estas acciones se organizan con el Consejo Federal en el Ministerio de Género, donde hay una representante por cada provincia. Se organizan en dos o tres semanas de trabajo con distintas rondas que terminan en un parlamento. Todo lo que se discute en ese parlamento es la materia prima con la que se realizará un anteproyecto de Ley para un Sistema Integral de Cuidado con perspectiva de género. “Será una batería de políticas para reconocer, registrar y remunerar ese trabajo cuando corresponda”, adelanta Lucía Cirimi.
Como herramientas de análisis de situación se anunció además del Mapa, la “Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo (ENUT)”, que se proyecta para octubre de manera federal. El mapa muestra la disposición de lugares y la encuesta dirá quién necesita qué. “Estamos muy contentas de que esto esté ocurriendo. Es la primera vez que se realiza con alcance nacional, en el 2003 el relevamiento mostró que las mujeres dedican el doble de tiempo a cuidar y que la mitad de los varones de todo el país no dedica ni un minuto. Esperamos encontrar un escenario más igualitario en algunos lugares”, dijo la funcionaria. La encuesta permitirá además conocer con más profundidad ya que se consultará sobre variables que hasta el momento no fueron discriminadas en el país.
Para el desarrollo del Mapa se estableció un acuerdo de colaboración con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en el marco del programa Primera Infancia y Sistema Integral de Cuidados, del Fondo Conjunto para los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.