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Córdoba. Lanzan proyecto para promover ciudades seguras y libres de violencia hacia las mujeres

Río Cuarto, Cruz del Eje y Villa María son las tres ciudades cabeceras de la provincia de Córdoba a donde re realizará el proyecto «Somos territorios». El objetivo de la propuesta que esta a cargo de CISCSA es visibilizar la violencia de género en el espacio público y generar herramientas para abordar la problemática.

“La ciudad es mía y no hay ningún elemento en su composición que me impida transitarla”, afirma Ana Falú, en una frase que sintetiza todo lo que esperan conseguir con el nuevo proyecto “Somos territorio”. El objetivo es avanzar en tres ciudades cabeceras de la provincia de Córdoba: Río Cuarto, Villa María y Cruz del Eje con un proyecto que se propone visibilizar las desigualdades en cómo se habitan los espacios públicos para las mujeres, generar herramientas de difusión que permitan socializar la problemática, y finalmente desarrollar herramientas para abordarla y empoderar a las mujeres en sus territorios para aplicarlas.

El proyecto fue presentado por el Centro de Intercambio y Servicios Cono Sur Argentina (CISCSA), una Ong cordobesa que trabaja en la temática desde el año 1985. “El programa nace en nuestra trayectoria de trabajar y cruzar el tema del territorio en el espacio público y las mujeres en particular. Es un proyecto que tiene dos décadas de trabajo, y lo pensamos en función del diagnóstico que teníamos sobre la violencia de género en el interior de la provincia de Córdoba, a partir de trabajos anteriores”, explica Ana Falú, directora de Ciscsa. “Somos territorio” fue seleccionado en el marco de una convocatoria que realizó el Fondo de Naciones Unidas para poner fin a las violencias contra las mujeres.

El trabajo que se plantean pretende romper con una estructura social que históricamente pretendió aleccionar a las mujeres a que su lugar es el hogar, el espacio público es masculino y se rige por reglas patriarcales. La moraleja que finaliza el famoso cuento de Charles Perrault, escrito a fines del siglo XVII, “Caperucita roja” dice: “Aquí vemos que la adolescencia, en especial las señoritas, bien hechas, amables y bonitas no deben a cualquiera oír con complacencia, y no resulta causa de extrañeza ver que muchas del lobo son la presa”. Siglos después, la moraleja tiene vigencia en las sentencias judiciales que todavía señalan a las víctimas de violencia por la hora en la que circulaban, en el descuido de caminar “solas”, o la manera en que vestían.

Derribar esas estructuras requiere primero visibilizarlas, según analiza Falú, en diálogo con La Marea Noticias. “Partimos de la afirmación de que las ciudades no están percibidas igual ni son ocupadas de la misma manera por las mujeres que por varones. Hay una construcción de la subjetividad que arma el andamiaje de la percepción de un temor a lo desconocido, lo prohibido. Entonces este proyecto pretende fortalecer y empoderar las voces de las mujeres, de las jóvenes y los cuerpos disidentes”, señala Falú.

El diagnóstico del que parten fue el resultado de un apoyo técnico que realizaron para el Polo de la Mujer, hoy parte del Ministerio de la Mujer de Córdoba, en el que relevaron como se vive la violencia en el interior provincial y qué estructuras hay para abordarlas.

“Pensamos en dar continuidad a este trabajo con instancias que nos permitieran la incidencia política, porque nuestro interés es no solo dar apoyo a las organizaciones territoriales, que son para nosotras nuestras socias privilegiadas, creemos que es importante además la incidencia política”, explicó la entrevistada.

Se eligieron las tres ciudades cabeceras de la provincia para que desde allí se pueda también incidir en el resto de las localidades de influencia. La primera instancia es posicionar el tema en la agenda pública mediante la creación de campañas de información y sensibilización para que se reconozca esta problemática, y después avanzar en herramientas como puede ser un mapa georreferenciado disponible en una APP, en la que las personas en situación de riesgo puedan pedir ayuda o visibilizar su situación. Aspiran, además, a generar observatorios en conjunto con Universidades que permitan sistematizar información y compararlas, generar la metodología que permita identificar dónde se observan áreas menos seguras, o las circunstancias territoriales que generan mayor temor.

 

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