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Menstruación: Presentan proyecto de acceso a información y elementos de higiene en 14 provincias

Por: Carina Ambrogi

Pese a que más de la mitad de la población menstrua todos los meses, de eso no se habla, sobre eso no se legisla. Les adultes mayores tienen garantizado el acceso a los pañales descartables, si no los pueden comprar se los entrega el estado, se entiende que toda persona tiene derecho a este elemento de higiene que es además un derecho a la dignidad. Con la menstruación no pasa lo mismo, y es igual de indigno transitar un período sin la posibilidad de acceder a los elementos que permitan hacerlo de manera sana e higiénica.  ¿A dónde reside la diferencia entre una necesidad y otra?: menstruamos sólo las mujeres e identidades diversas.

La “menstruación” empieza a salir del closet al calor del avance de los reclamos feministas que atraviesan todas las esferas de la vida cotidiana teñidas de desigualdad. Esta problemática que genera una desigualdad entre las personas que tienen la posibilidad de acceder a los productos de gestión de higiene menstrual y quienes no, está siendo abordado desde diversos proyectos en etapa de legislación. Se estima que las mujeres gastaron en 2019 entre $2900 y $3800 por sus elementos menstruantes, y de los que se promocionan de manera masiva el 85% tiene entre sus componentes glifosato y demora 500 años en degradarse.

En tal sentido los proyectos coinciden en declararlo elemento de salud esencial, para que deje de considerarse un elemento de “cosmética” y se desgrave el 21% del IVA. Además, que el estado garantice el acceso a la población vulnerable que no cuenta con los recursos para acceder y brinde información de calidad sobre opciones saludables y alternativas a las promocionadas, como las toallitas ecológicas o las copas menstruales.

Las mujeres del Partido Socialista decidieron presenta en todos los municipios y provincias a donde tienen representación legislativa el “Programa de Gestión Menstrual”. Hasta el momento se han presentado proyectos de Ley y ordenanzas en 14 provincias y más de 30 municipios y comunas.

“El Programa de Gestión Menstrual tiene como objetivo que el estado garantice el acceso a información y elementos necesarios considerándolo una política pública esencial”, explicó a La Marea Noticias Marilina Gadpen, Concejala en Río Cuarto por el Partido Socialista.

La Concejala remarcó la necesidad de terminar con esta situación de desigualdad respecto de quienes pueden tener acceso a los elementos necesarios y quienes no, en un país en el que los indicadores muestran que las mujeres son las más precarizadas laboral y económicamente. “Cobramos menos por el mismo trabajo y tenemos que gastar más porque menstruamos”, señaló Gadpen.

Esta realidad se agrava aún más cuando pensamos en las personas menstruantes privadas de si libertad. “En la cárcel sólo te dan un jabón blanco y un rollo de papel higiénico al mes, si alguien te comparte shampoo te pones y si no te lavas con agua. Toallitas higiénicas ni hablar si no te las podes comprar nadie te las da”, señaló Verónica Navarro, quien se ocupa de juntar donaciones para asistir a las mujeres privadas de su libertad que lo necesitan. Según comentó a este medio, hay una importante cantidad de mujeres que están solas, nadie las visita y no cuentan con dinero para comprar estos insumos, tampoco topa o alimentos. Estas personas abandonadas por el sistema en condiciones de absoluta ausencia garantía de derechos, cuentan con la buena voluntad de personas que como Verónica que se acuerdan que existen y que merecen un transitar digno.

El proyecto

El proyecto de ordenanza presentado esta semana en el Concejo Deliberante de Río Cuarto argumenta la necesidad de su implementación en tanto considera como necesidad básica y esencial los elementos de gestión menstrual. “Si es vulnerado a la vez puede vulnerar otros derechos, por ejemplo; entre las jóvenes que concurren a establecimientos educativos se estima que se pierden entre el 10 y el 20 por ciento de los días de clase por falta de acceso a productos para la gestión menstrual e instalaciones sanitarias en las escuelas”, señala.

A esta condición se suma la desigualdad económica por razón de género: “de por si las mujeres encuentran más dificultades para incorporarse al mercado laboral formal y según las estadísticas su ingreso promedio es un 27% inferior al de los hombres, si a esto le adicionamos un gasto ineludible cada mes por su ciclo menstrual nos encontramos que un inadecuado acceso a los elementos de gestión menstrual solo incrementa la desigualdad entre los géneros”.

Entre los objetivos, se puntualiza “luchar contra la desinformación cultural que busca invisibilizar, silenciar y promover la vergüenza en torno a una condición femenina como lo es la menstruación, disminuyendo así las situaciones de desigualdad entre los géneros”.

Los argumentos sobran, los proyectos también. La voluntad política es la única variable que deberá mover la marea, que a juzgar por los vientos que la empujan, de seguro la votación será favorable.

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