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Ataques al orgullo en el Parque Sarmiento. El odio que nos asusta

Foto: Ciudad despierta

Por Romina Pezzelato

Como cada 28 de junio se realizaron en localidades de todo el mundo acciones para celebrar el “Día Internacional del Orgullo”. Se trata de una jornada de lucha que remite al orgullo por ser quien cada quien elige ser, en el abanico de colores que la bandera muestra.

Córdoba recalcitrante

Este viernes el intendente de la ciudad de Córdoba Martín Llaryora, izó en el mástil del Parque Sarmiento la bandera de la diversidad. Acto que ejerció personalmente en un claro gesto político de apoyo y acompañamiento a la comunidad LGTBIQ+: “Este acto es una prueba del firme compromiso que tiene nuestra gestión en construir una sociedad cada día más inclusiva, igualitaria y respetuosa», afirmó el jefe de gobierno.

El arco iris flameando, fue noticia en todo el país. Fue la primera vez que un intendente de la ciudad de Córdoba protagoniza su izamiento. Gesto que sin dudas nos hace pensar que cada paso dado desde el colectivo LGTBIQ+ resuena y permea cada vez más el ámbito de la política pública.

De ahí en más, las primeras tensiones en una Córdoba que sigue mostrando su costado retrógrado para pegar donde más duele, hacia los sectores más desprotegidos.

Luego de unas horas tres personas sin identificación intentaron arriar la bandera del orgullo, argumentando que “es un mástil que representa la bandera nacional argentina, que es incompatible con cualquier otra banderola”. Una persona que pasaba por el lugar grabó el video que circula masivamente en el que se escucha el diálogo mencionado.

La bandera permaneció en el mástil, y el día domingo el odio se organizó.

Circuló un flyer convocando desde un grupo de ex combatientes de Malvinas invitando a defender la bandera patria. Llegaron e iniciaron los insultos, rompieron la placa dispuesta en la jornada anterior y siguieron golpes que incluyeron cadenazos, piedras arrojadas y amenazas personalizadas a integrantes del colectivo LGTBIQ+ que estaban presentes. Los policías que estaban en el lugar, se limitaron a disminuir las tensiones sin llevar a nadie detenidx, e indicando que cada quien haga la denuncia correspondiente.

En el comunicado emitido desde la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI-Cba.) en el día de hoy, se detalla:

(…)“Alejandro Lopez, en nombre de los veteranos de la guerra de Malvinas, junto a otros personajes, fueron a bajar la bandera. Compañerxs del colectivo LGTTBIQ+ se hicieron presentes en el lugar, y por entonces un grupo de reaccionarios y antiderechos, también veteranos de guerra, que amedrentaron a lxs compañerxs del colectivo, y se les tiraron encima para golpearlxs. “Le damos todo el apoyo, en todo el país, a los valientes que se atrevan a bajar ese trapo de colores” dijo Carlos Gustavo Pampillón del Partido de Derecha Patriótica Renacer de Buenos Aires, en un video que publico, donde manifiesta su apoyo a estos personajes por haber realizado ese “acto patriótico”.

En diálogo con La Marea, Martín Apaz, integrante de “Devenir diverse” y Presidente a la Liga LGTBIQ+ Provincias (instancia nacional), afirmó: “Lo que sucedió es un gran retroceso. No se trata sólo la cuestión física de la bandera. Sino del empoderamiento que este gesto genera en estos sectores minoritarios con gran capacidad de daño, y la sensación de vulnerabilidad de nuestro colectivo”, en referencia al miedo que generan estas acciones tanto en lo físico como en lo anímico y simbólico para toda la sociedad.

“Esto que pasó va a dejar una cicatriz difícil de sanar. Serán importantes las medidas que tome el estado municipal para subsanar lo que aconteció”, agrega Apaz.

Según trascendió el fiscal Raúl Garzón es quien actuará de oficio en relación al caso.

Por su parte, la concejala del bloque “Hacemos por Córdoba” Soledad Ferraro, presentó una denuncia penal en el día de ayer, y, según afirmó en diálogo con La Marea Noticias: “en la denuncia radicada hay identificadas tres personas. Algunas de ellas se auto identificaron y otras fueron identificadas a través de las redes sociales, de modo que la justicia pueda actuar en relación a todos y todas quienes llevaron adelante las agresiones este fin de semana, procurando arruinar la jornada de conmemoración del Día Internacional del orgullo”

También se realizó la presentación de un proyecto de “Declaración de repudio” a estos actos, que “como sociedad democrática no podemos permitir. Queremos que la justicia esclarezca los hechos”, afirmó Ferraro.

La legisladora declaró también la firme voluntad de no dar un paso atrás desde la gestión: “venimos trabajando fuertemente en nuevas ordenanzas, para mejorar no solamente la calidad de vida sino de avanzar en la promoción de derechos de las personas del colectivo de la diversidad”.

Odiar la diversidad, denominador común en territorios conservadores

En la ciudad de San Luis la bandera del orgullo flameaba desde el día sábado y en el día de ayer amaneció quemada. “Con esto no se ataca solamente a un sector de la sociedad, sino que se está atacando a todos/as, y a una institución fundamental de la democracia, por lo que estos hechos son lisa y llanamente inaceptables en una comunidad que debe contener a todos/as sin distinción de credo, raza, religión, preferencia sexual, inclinación ideológica o política y demás”, se dijo en un comunicado emitido desde el Consejo Deliberante puntano.

En Mar del Plata se izó por primera vez la bandera de la diversidad en el día de ayer, en cumplimiento de la ordenanza 23.280, sancionada en 2017, que establece que “cada 28 de junio la insignia multicolor deberá flamear en las dependencias municipales al igual que los días 9 y 17 de mayo y 15 de julio”.

Según informa el diario “El marplatense” horas más tarde un grupo de hombres identificados como veteranos de guerra decidieron bajar la insignia al considerar que “ninguna ordenanza municipal puede modificar la Constitución Nacional”. Tras bajar la bandera del mástil, la doblaron y dejaron en inmediaciones del municipio.

El respeto a la identidad es un Derecho Humano

En diálogo con el ex Secretario de Derechos Humanos de la Nación, el actual Director del Observatorio de DDHH de la Nación, Martín Fresneda afirmó a La Marea: “… luego de muchos delitos de lesa humanidad en diferentes partes del mundo, muchas personas que no comulgan con los procesos de justicia, permanecieron agazapados en una minoría resentida con alto nivel de odio, que emerge en algún momento”

LM: ¿Cómo se “gestiona” ese odio?

MF: Es la propia justicia, el Estado, quien debe administrar ese odio. Son odios que existen y se mantienen controlados por algún nivel de racionalidad y respeto por la norma o miedo por el castigo, pero basta ver las redes sociales para ver sus grupos y reivindicaciones… hace poco el juez Vaca Narvaja devastó una banda neonazi en Córdoba”de hecho.

Esos niveles de fundamentalismos existen, lo que regula es el sistema de las mayorías, el de la democracia que nos da la posibilidad y el reaseguro de sostener estas medidas que fueron transgresoras en la sociedad argentina (en referencia a las leyes de identidad de género y matrimonio igualitario). Eso genera en los sectores conservadores reacciones desmedidas. Yo creo que no dejan de ser acciones marginales, aunque claramente son peligrosas.

LM: El ataque el colectivo LGTBIQ+ constituye un ataque a los derechos humanos, más allá de la “gestión del odio”, ¿cómo debe accionar el estado en relación a esto?

M.F.:La comunidad LGTBIQ+ resulta la expresión de una nueva sociedad, la expresión de la existencia de una porción importante de la sociedad que exige mayores libertades, y mejores condiciones para poder decidir sobre sus vidas y sus cuerpos. Yo creo que la democracia tiene ese correlato y un marco jurídico que así lo indica.

Uno puede lamentar profundamente que muchos de ellos lleven insignias con las que se comulga como lo es la recuperación de las islas Malvinas. En muchas oportunidades se dio esta tensión entre el sector que reivindicaba los derechos humanos en Argentina y el sector que reivindicaba la guerra de Malvinas, tal como hegemónicamente construyeron un sentido de esa guerra. Sin embargo, el avance de la discusión de la sociedad democrática hizo que ese sector que a en los ´80 se veía tensionado y confrontando, con el tiempo fue construyendo un diálogo. No descarto la posibilidad de que ese diálogo exista con un Estado mediando. Asumiendo ese rol y asumiendo el conflicto latente con un sector que acciona con valores fundamentalistas y ajenos a la ampliación de derechos. Claro que son acreedores del repudio colectivo pero el Estado no debe permitirles que se encierren en sus propias ideas, debe hacer el esfuerzo para imponer el diálogo y la racionalidad, más aún en estos tiempos. El estado debe regular, administrar, sancionar y castigar.

LM: ¿Es posible pensar que odio y miedo van de la mano?

M.F: Ellos no tienen miedo, ellos tienen desprecio. En todo caso, si tienen miedo, es el de vivir en una sociedad con personas que tomen decisiones y vivan como quieran. Es un miedo a la libertad, a que se pongan en duda los conceptos cerrados de libertad. Por eso esto de ir a los mástiles tiene su simbología. Se atreven a decir que son sólo para banderas de Argentina, lo cual es una mentira. El miedo que ellos tienen es que se modifique el sistema binario que para ellos, seguramente desde lo religioso, es lo que determinó “el creador”. Es una actitud mesiánica de varones principalmente, que “defienden a la patria”, como si el colectivo de la diversidad no fuera parte de la patria.

 

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