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Travestis y trans en cuarentena: desalojos y emergencia habitacional

Por: Alexis Oliva desde Córdoba, Ana Fornaro, Lucas Gutiérrez y Maria Eugenia Ludueña

La cuarentena por el coronavirus destapó la olla de la violencia estructural. La primera semana de aislamiento preventivo obligatorio en Argentina dejó en evidencia, entre otras cosas, la emergencia habitacional y las condiciones precarias de vida de la población de personas travesti y trans. La mayoría de ellxs se dedica al trabajo sexual y a partir de estas nuevas normativas por la pandemia de coronavirus no han podido generar recursos para la subsistencia. Esto se tradujo en muchos casos en no poder pagar las piezas que alquilaban y ser amenazadas de desalojo o, como ocurrió en Córdoba, ser echadas a la calle con violencia en plena cuarentena por la pandemia.

“La cuarentena no hace más que visibilizar una demanda histórica que tiene el colectivo trans y travesti en Argentina. Somos una comunidad vulnerable y además casi el 90 de travestis y trans estaban en prostitución. Al no tener ingresos para costear alimentación y alquiler, necesitan priorizar la ayuda del Estado”, dijo Claudia Vasquez Haro de Otrans Argentina. Más de 600 compañeras se comunicaron con la organización, con sede en La Plata, para pedir asistencia.

Los desalojos están prohibidos

El 27 de marzo en la Televisión Pública, la presentadora del noticiero Diana Zurco, una mujer trans, le preguntó al presidente Alberto Fernández por la precaria situación de muchas de sus compañeras y en particular por la emergencia habitacional que atraviesan tantas de ellas. El presidente habló de una prohibición de desalojos y aumentos de alquileres, y dijo que esa medida regiría para todes. Si ocurriera, expresó, el mismo se encargaría de denunciarlo ante el INADI.

Hoy los desalojos ya son ilegales: el 29 de marzo se publicó en el boletín oficial el decreto de emergencia pública 320/2020 que entre otras medidas dispuso “la suspensión temporaria, hasta el 30 de septiembre del año en curso, de los desalojos de los inmuebles” destinados a vivienda única personal o familiar, actividades culturales y pequeñas producciones, entre otras situaciones de excepción.

Activista trans echada en Córdoba

Pero el mismo día que se publicó esa medida, Belén Rapela, mujer trans y referente en la ciudad cordobesa de Villa María de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR), denunció que la propietaria de la vivienda que alquilaba y su hijo la insultaron, amenazaron y desalojaron por la fuerza. Acompañada por el Comité de Emergencia Unión de Organizaciones LBGTIQ+ ante el Covid-19, formuló la denuncia en una Unidad Judicial y hoy la presentará en el Instituto Nacional contra la Discriminación (Inadi).

El desalojo, por el que fueron señaladxs Ivana Cortez y su hijo Brian Álvarez, se consumó a la 00:30 de la madrugada del domingo 29.
El desalojo, por el que fueron señaladxs Ivana Cortez y su hijo Brian Álvarez, se consumó a la 00:30 de la madrugada del domingo 29.

Según Rapela, Cortez solía ingresar sin aviso a la vivienda que le alquilaba al fondo de su casa, en Ortubey 740 de barrio Botta. Meses atrás, había amenazado con “tirarle sus pertenencias hacia la calle”, según consta en la denuncia. Su actitud empeoraba cuando la inquilina en algunas ocasiones se atrasaba más allá del día 10 con el pago del alquiler, aunque nunca dejó de abonarle.

El sábado 28, tuvieron otra discusión. “Ella estaba enojada porque, como soy referente de AMMAR Villa María, desde mi domicilio estaba entregando los módulos alimentarios a las compañeras. Nunca usé la casa para eso, pero ahora no tenía otra opción porque todos los puntos de entrega están cerrados por la cuarentena”, cuenta Belén. “Y fue muy fea la manera en que me dijo que me fuera: ‘Hasta cuándo tengo que aguantar que me llenes la casa de putos y putas’”, añadió.

A la noche, Rapela y otra amiga que circunstancialmente se alojaba con ella fueron  a cenar a lo de otras chicas, con las que para afrontar la crisis comparten gastos de alimentos. Al regresar, encontraron que habían entrado a su vivienda rompiendo los vidrios de una ventana y toda su vajilla estaba tirada en el piso. En la denuncia figura que la misma propietaria le avisó por teléfono: “El Tata (Brian Álvarez) te rompió todo, te anda buscando a vos y a la otra puta”.

“Ella (Cortez) lo mandó a su hijo Brian a romperme las cosas. Fui a preguntar por qué y otra vez con que ‘los putos y las putas…’. Ahí se me vino encima y me quiso pegar pero los hijos la agarraron. Ella estaba bien informada del decreto (de emergencia) y me iba a esperar hasta después del 10 con una parte del alquiler, pero me dijo que si no conseguía plata me iba a tener que ir. Y el sábado buscaron esa excusa”, relata Rapela.

“Después de eso, se fue a la casa de una compañera y ahí nos llamó. Intervino el Inadi y organizaciones”, dijo Georgina Orellano, secretaria general nacional de AMMAR.

El domingo, Belén se presentó en la Unidad Judicial de la comisaría del barrio, donde también debió gestionar una autorización para mudarse. Nélson Mamóndez, un integrante de la organización Putos Peronistas, la acompañó a realizar la denuncia. Este desalojo forzoso “se constituye como delito, porque no sólo atenta contra la integridad de la persona de la compañera, sino que la obliga a infringir el artículo 4° del decreto 297/2020, que declara el aislamiento social con carácter de obligatorio”, sostiene Mamóndez.

“Más de lo que ya estamos expuestas como colectivo trans y como trabajadoras sexuales, esto a mí me expone mucho más, porque yo estaba respetando la cuarentena”, dice Belén. Además, adelantó que hoy presentarán la denuncia en el Inadi “por la discriminación, los insultos y el contenido doblemente violento contra las identidades trans y contra las trabajadoras sexuales”.

Emergencia, transodio y prejuicios 

Para Alejandra Navarro, de Villa María Diversa (Córdoba), el episodio revela “una cuestión de transodio y de cierto prejuicio sobre las trabajadoras sexuales”. En un comunicado difundido por el Comité de Emergencia LBGTIQ+, la referente expresó: “Es increíble que con todas las conquistas sociales y de ejercicio de ciudadanía conseguidas, aún tengamos las mujeres trans que recibir de manera gratuita tanta infamia junta. Solicitamos al Estado se haga presente para subsanar esto y evitar que en el futuro estas terribles situaciones se sigan suscitando”

“Esta situación destapó una olla innegable de algo conocido, que empieza a ser más visto por el total de la población y es la situación de emergencia de las compañeras trans. No sólo habitacional sino en todas las áreas”, dijo a Presentes Francisco Quiñones, director del Bachillerato Popular Trans y Travesti Mocha Celis en Buenos Aires.

El Mocha está implementando una red solidaria de apoyo y acompañamiento. Y agregó:  “Viven en hoteles en condiciones de hacinamiento paupérrimas por las que pagan mucho dinero, hasta veinticinco mil pesos por quince días. Con que una sola se enferme, dejaría un tendal de contagios. En esta imposibilidad de las compañeras trans de salir a ejercer el trabajo sexual o de salir en su situación de prostitución se encuentran con que no tienen manera de resolver estos conflictos”. También explicó que muchas no tienen sus nuevos documentos gestionados, y se les dificulta inscribirse en los planes de contención que ofrece el Gobierno: “Las compañeras se anotan en todo, pero la ayuda todavía no llega”.

Desalojos en Ciudad de Buenos Aires 

En Rosario un grupo de trans también estuvo a punto de ser desalojado pero se logró frenar. Lo mismo ocurrió en la Ciudad de Bs As, donde existen al menos diez hoteles donde viven mayoritariamente compañeras trans. Fuentes que conocen el territorio confiaron a Presentes “No todos están echado a las travas, pero tres de ellos lo intentaron, sin exito”.

Uno de estos desalojos frenados se difundió en los medios.  El viernes 27 de marzo, un día después que el presidente de la Nación Alberto Fernández exhortara públicamente a que se suspendieran, el dueño del hotel Saavedra del barrio de Once, donde viven más de 15 personas, la mayoría trabajadoras sexuales travestis y trans, estuvieron a punto de quedar en la calle.

Georgina Orellano difundió la denuncia en sus redes sociales: “Ocho compañeras del colectivo travesti trans se encuentran en situación de emergencia habitacional. Viven en Hotel Saavedra del Barrio de Once, abonan 800 pesos por día. En ese hotel viven y además trabajan”. “Desde el sábado dejaron de pagar imposibilitadas de poder trabajar, el dueño desde este lunes las hostiga y amenaza con dejarlas en la calle sino le abonan la deuda. Hoy a la mañana ya les cortó la luz de sus habitaciones”. Minuto a minuto fue compartiendo en un hilo de Twitter la situación de las compañeras.

En diálogo con Nueva Ciudad, Silvana Patricia Chocobar, quien vive en el hotel Saavedra, relató que el dueño es muy agresivo, que las amenazaba con desalojarlas si no pagaban los 800 pesos por día que cobra por las habitaciones y que, pese a firmar un convenio con la fiscalía para dejar de cobrar y de desalojar a personas, continúa intentando obtener dinero o expulsarlas:  “No sé a dónde quiere llegar esta persona, el asunto de él es hacer plata, es lo único que le importa. Me decía que le pague y yo le dije que cuando levanten la cuarentena voy a ir a trabajar, pero me dijo que llame a clientes para que vengan y yo no lo iba a hacer porque tengo que cumplir la cuarentena”, explicó Chocobar.

Finalmente y a raíz de la intervención de distintos organismos públicos, se evitó el desalojo y se logró reubicar a algunas de las compañeras. Sin embargo, se mantendrán en instancia de alerta para comprobar que el dueño del Hotel Saavedra no intente nuevamente dejarlas en la calle.

Aislamiento en emergencia habitacional 

En La Plata, Otrans Argentina está pidiendo ayuda para resolver otra situación de emergencia. “Las compañeras Nicole y Gisela viven al fondo de Los Hornos, en una casilla precaria que no tiene paredes ni baño, en un terreno fiscal, encima de las vías de un tren. Es preocupante que vivan así. Esperamos que el Estado pueda dar respuesta inmediata”, dijo Vasquez Haro.

Mientras dure el aislamiento general, no sólo se potencia el problema habitacional, también el acceso a la salud. “Muchas tienen dificultad para acceder a la medicación que necesitan. No pueden salir de su casa y son población de riesgo. Por eso hay que pensar políticas al revés, las compañeras no se pueden trasladar, no deben ir a los hospitales en este contexto, tiene que haber un mecanismo que pueda asistirlas. En los hospitales no las están atendiendo porque se están dedicando exclusivamente  al coronavirus y ellas empiezan a circular de hospital en hospital quedando más en riesgo”, dijo Quiñones.

“En la Plata seguimos esperando los alimentos de Nación y provincia, hemos enviado los listados pero aun no les han llegado a las compañeras los bolsones de alimento. Desde Otrans Argentina los alimentos que hemos entregado desde que empezó la cuarentena ha sido la mercadería que nos gestionó la Red de migrantes y refugiados en la Argentina. El trabajo de las organizaciones de la sociedad civil activa lazos de solidaridad y genera contención a través de políticas de cuidado”, dice Vasquez Haro.

Y reflexiona: “Lo que esto entre otras cosas nos enseña es que no sólo se puede vivir de la prostitución. Tenemos que hacer un esfuerzo por militar y exigirle al Estado que sancione una ley de inclusión laboral trans a nivel nacional. Es urgente y necesario que las compañeras puedan estar contenidas por el Estado para acceder a todas las políticas que se llevan adelante como subsidios y ayudas que las tienen como beneficiarias”.

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