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La violencia como chiste

Por: Carina Ambrogi

A modo de chiste, burla o un mero chisme, miles de personas difundieron en Río Cuarto mediante las redes sociales y vía watsapp un video que retrata un momento de la vida privada de tres personas, lo que despertó la rápida reacción de quienes alertaron a tiempo que la acción ocasionaba un daño irreparable en las personas involucradas.  El video fue realizado y reproducido por un varón que pretendía “escrachar” a una mujer.

Guadalupe Terroba, militante feminista, alertó en diálogo con La Marea sobre la violencia que significa este acto al que tildó de “machista y misógino”. Otras referentes del feminismo señalaron que, además de preocupar la actitud del hombre violento, queda en evidencia la misoginia y estigmatización por cuestiones de género que habita en las personas que lo compartieron y encuentran en el contenido del video algo sobre lo que reírse.

Esta actividad conocida como “ciberacoso” o “ciberdelito”, en la ciudad de Buenos Aires ya constituye una contravención, no sólo para quien los difunde por primera vez sino también para quienes lo comparten. El artículo 71 Bis de la ley indica: “Quien difunda, publique, distribuya, facilite, ceda y/o entregue a terceros imágenes, grabaciones y/o filmaciones de carácter íntimo sin el consentimiento de la persona y a través de cualquier tipo de comunicación electrónica, de trasmisión de datos, páginas web y/o a través de cualquier otro medio de comunicación, siempre que el hecho no constituya delito, es sancionado con una multa de cuatrocientas (400) a mil novecientas cincuenta (1950) unidades fijas o cinco (5) a quince (15) días de trabajo de utilidad pública o con tres (3) a diez (10) días de arresto”.

En Córdoba, según explicó la responsable del área de la Mujer de la Defensoría del Pueblo de Río Cuarto, Mariana Giorgetti, esta contravención no está vigente. Sin embargo, cualquier persona que se ve afectada en su integridad o su imagen a través de la divulgación de imágenes intimas puede realizar una denuncia en una unidad judicial cercana a su domicilio. Una vez que se toma la denuncia, es la unidad judicial el órgano que inicia la instrucción.  ”Es necesario que no se reproduzca la viralización de cuestiones íntimas porque el daño que se produce es irreparable y nadie tiene derecho de hacerlo”, señaló la abogada a La Marea.

La estigmatización de la mujer y la violencia como chiste

Carolina Tealdi, integrante del colectivo Ni una menos, señaló que las amenazas que expresa el hombre que protagoniza el video son las mismas que relatan las mujeres en los casos de violencia de género. “Me resulta alarmante que la sociedad se ría de esto porque después se puede transformar en un femicidio”, resaltó.
En el video se increpa de manera violenta a la mujer haciendo referencia a la maternidad como único atributo permitido. La estigmatización se plasma como violencia de género en la ley 26.485, sancionada en 2009 para “proteger,  prevenir, sancionar y erradicar la Violencia contra las Mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones Interpersonales”. En la normativa, el Estado se compromete a desarrollar políticas públicas que “remuevan patrones socioculturales que promueven y sostienen la relación de desigualdad entre varones y mujeres”.
En una ciudad en la que muchos comparten de manera graciosa un video que vulnera estos derechos, queda en evidencia que falta mucho por hacer.

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