Actualidad Mujeres al frente

Crónica de un domingo feminista

Por: Carina Ambrogi

La mañana del domingo amaneció sin lluvia pero con frío. Desde las 8 comenzó un movimiento inusual en la ciudad de La Plata, protagonizado por una marea verde que inundó la ciudad con una intensidad poderosamente mayor a la que tuvo la lluvia.

En las plazas se desarmaron las carpas para dar espacio a la multitud que las comenzó a habitar. En las escuelas la ronda de mates y el desayuno improvisado se compartió entre quienes pernoctaron en las aulas. De los hoteles colapsados de reservas desde hace meses salían también pañuelos verdes, violetas y naranjas. Las mujeres, niñes, lesbianas, travestis, trans y no binaries que se reunieron esos dos días, eran tantas que no hay finalmente estimaciones reales que permitan contarles.

Los talleres comenzaron a las 9, y como son el eje troncal del Encuentro nadie se los quiso perder. El predio de las diversas facultades en las que se realizaron, mostraron una afluencia de personas como si se tratara de un día de cursado normal. Una señora de unos 65 años preguntó en el ingreso de la facultad de periodismo a donde está el aula 19, uno de las 3 destinadas al taller de “Mujer, militancia política y resistencia”. Se llama Elizabeth Morichelli y es de Lanús: “vengo porque nos tenemos que hacer escuchar, realmente nos están matando, nos están despreciando, y necesitamos que nos escuchen para tener nuestros derechos. Voy a participar del taller de Resistencia, resistencia a todas estas políticas que no tienen nade que ver con nosotras. Once pesos por mujer tenemos, no se puede creer lo que están haciendo con nosotras”.

Mónica Vega caminó apurada dentro de la facultad junto a otras mujeres. Es de Rosario, vive en el barrio Ludueña, y eligió asistir al taller “Mujer, violencias y maltrato. Violencia de género”. “Vine al encuentro porque me gusta esto, me gustaría aprender de género. Pasé hace poco 8 meses en un hogar con mis 5 hijos porque estuve golpeada y maltratada. Eso me superó pero pude salir y ahora quiero ayudar a otras mujeres a que puedan salir adelante”, relató.

Lorena Rocha tiene 34 años, llegó desde Río Cuarto con mucha ansiedad por compartir en el taller de “trabajadoras sexuales”. Es travesti y trabajadora sexual desde los 16 años. Llegó con una carpeta para mostrar el trabajo que realizó en una de las ciudades más conservadoras del país, una ciudad amarillo incandescente. “Estoy orgullosa de haber participado, nosotras organizadas ya resolvimos el problema con la policía, conseguimos hacer el día del niñe, darles talleres para aprender a leer y escribir a nuestras compañeres que no sabían. Les sacaban fotos a la carpeta que llevé”, dijo con la cara iluminada.

Paula vino de Villa Ciudad Parque, una pequeña localidad de traslasierras, Córdoba. Es productora de aceites medicinales de canavis y asistió al taller de “Mujer y Cannavis”. “Las conclusiones fueron que hay que avanzar en la despenalización de la producción y consumo del cannavis. Esta fantástico el proyecto “mamá cultiva”, la organización que armaron madres con niñes con problemas de salud que pueden ser tratados de manera efectiva con cannavis, pero hay que ir por el consumo por placer también, no siempre por el lado de la enfermedad y la patología”, explicó, “tenemos que tener también el derecho al placer”.

A las 12 hs. los talleres hicieron una pausa para arrancar de nuevo a las 15 hs.. Se estiman unas 9 horas de debate horizontal, democrático y participativo por cada uno de los 80 organizados. Las conclusiones se votan por consenso y deben reflejar todo lo que se debatió.

Una revolución en marcha

Los mensajes de wasap y el boca en boca avisaron que se venía uno de los momentos más esperados del ENM, la Asamblea de feministas del Abya Yala, nombre original de América Latina. El domingo a las 12 hs. las ancestras del territorio querandí fueron convocadas al espacio, ahí en plena Plaza San Martín, con un círculo de ofrendas a la madre tierra. Llegaron referentes feministas de Argentina, Guatemala, México, Ecuador, Brasil, Colombia, Honduras, Chile, Bolivia y  Kurdistan. Cada une pidió al tomar el micrófono por las desaparecidas del patriarcado, y los puños en alto de las miles de asistentes las gritaron “presentes”. Las historias duras de violencia y vulneración de los derechos humanos (por lo general derechos de los que no gozan  las mujeres e identidades diversas) que se contaron en esa plaza, hicieron brotar las lágrimas de todes. El Encuentro es plurinacional desde su inicio, y allí radica una de sus mayores fortalezas, la integración de las luchas feministas de todo el territorio de Abya Yala. “Es una revolución en marcha” gritó una de las oradoras, y la marea respondió “Plurinacional,  y con las disidencias”. El cántico más repetido durante los tres días, el imposible de disimular por quienes querían que el nombre no nombrara lo que el Encuentro en realidad “es” desde hace tiempo.

La marcha de les brujes

La marcha más multitudinaria de la historia del feminismo en Argentina, fue el corolario del Encuentro más importante de la historia mundial del feminismo. Dicen 60 cuadras, dicen 200 mil y dicen 600 mil. Para quienes no se identifican con los números, la crónica reporta que Mónica, Elisabher, Lorena y  Paula estuvieron allí. Cada une llegó desde su territorio, con sus necesidad de justicia, con su lucha por el tema que más las atraviesa, con la convicción que es entre todes, organizadas y hermanadas en manada. Eran las brujes que nunca pudieron quemar, custodiadas por la inmensa luna a la que supieron rendir tributo con gritos y aullidos esa noche.

Fueron verdad los empujones violentos en el inicio y cierre, los varones adentro, la falta de personas con chalecos de la organización, los policías infiltrados y la imposibilidad de acordar un recorrido conjunto.

Sería bueno que quien haya podido organizar un encuentro de esta relevancia social y política de manera más armoniosa explique como lo hizo.

 

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