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Preocupa la actividad en las redes de un hombre condenado por violación

Fabián Casquet fue condenado en 2011 a seis años y medio de prisión por abuso sexual con acceso carnal por dos hechos cometidos en la ciudad de Río Cuarto, en ambos casos contactaba a sus víctimas mediante las redes sociales. En las últimas semanas diversos colectivos de mujeres y amigas de una de sus víctimas denunciaron que se jactó en las redes de su condición de violador.

En un juicio abreviado Ernesto Fabián Casquet, juzgado por la cámara del crimen N 2 de la Ciudad de Río Cuarto, fue condenado a seis años y medio de prisión por abuso sexual con acceso carnal por dos causas. Pese a que usaba un nombre falso para vincularse con las jóvenes, una de ellas logró identificarlo mediante una foto que le envió vía chat en una de las comunicaciones, y cuando realizó la denuncia en una unidad policial los mismos efectivos de la seccional detectaron que se trabaja de un hombre que ya contaba con antecedentes por el mismo delito. En las últimas semanas diversos colectivos de mujeres y amigas de una de sus víctimas denunciaron que Casquet se jactó en las redes sociales de su condición de violador.

Ante el posible riesgo que pueda representar esta situación, el Dr. José Sagarraga, quien fuera el patrocinador de la joven que pudo identificarlo, dijo a La Marea Noticias que no existe en Argentina ningún seguimiento de las personas que cumplieron condena por casos de violación, ni tampoco ninguna protección para las víctimas. Cuando el acusado cumplió con los dos tercios de la condena, se le realizó un examen psicológico por parte de peritos del Tribunal Superior de Justicia y al no encontrar riesgo de que repitiera la conducta se lo benefició con la libertad condicional. Una modificación reciente del Código Penal eliminó este beneficio, y las personas condenadas por delitos sexuales ya no pueden obtener la libertad condicional.

“En otros países se hace un seguimiento del condenado, a los fines de no estigmatizarlo ni de que provoque posibles peligros para las víctimas se les cambia el nombre, y se realiza un seguimiento estricto por parte del estado. No pueden vivir cerca de colegios a donde acudan menores, no pueden hacer actividades en las redes que puedan ser una fuente de captación de posibles víctimas, entre otros, pero acá no hay ningún seguimiento ni protección para el imputado ni para la víctima”, explicó Sagarraga.

Las redes de mujeres como forma de protección

En tal sentido recomendó que “si hay un colectivo de mujeres que tienen un interés sentido en la lucha por el cuidado o protección de las mujeres víctimas de violación, sería interesante que hagan una visibilización del problema para advertir a la comunidad. A su víctima le invento una historia de una empresa por la que le ofreció trabajo, la llevo a un descampado y abuso de ella”.

La Dra. Lucía de Carlos, abogada feminista, explicó al respecto que ante la situación de desprotección en la que quedan las víctimas de delitos sexuales y la falta de garantías después de que se cumplen las condenas, surgen los escarches como forma de alerta y cuidado entre las propias mujeres. “Hay jurisprudencia muy reciente que a través de los fallos han manifestado que los escarches tienen un valor social tan grande que si se comprueba que la situación que se denuncia realmente existió, no conlleva ninguna sanción por el caso de presuntas difamaciones”.

Córdoba segunda en el Registro Nacional de violadores

En el año 2013 se creó el Registro Nacional de violadores, en el que los jueces a cargo de investigaciones de delitos sexuales deben incorpora datos genéticos que surjan de las investigaciones al registro, o bien si no lo hace el juez las víctimas pueden pedir que se incluyan. Estos datos son de acceso restringido al personal judicial y pueden ser requeridos como material probatorio para dirimir investigaciones. Según comentó de Carlos, Córdoba ocupa el segundo lugar en cantidad de datos genéticos en el registro nacional.

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