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Tomar la calle, poner el cuerpo. Judith Butler en la UNTREF

Por Cé Garcia y Karina Cicovin* para Revista Emancipa

Un cálido día de otoño feminista se vivió el  pasado 9 de abril en el barrio de Villa Lynch. Más de dos mil personas, la mayoría mujeres y, en general, muy diversas en sus edades, estilos y orígenes, se auto convocaron en una inmensa fila que rodeaba completamente la manzana del Microestadio de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, para escuchar la charla entre la filósofa estadounidense Judith Butler con tres mujeres argentinas del colectivo Ni Una Menos: Verónica Gago, Marta Dillon y Cecilia Palmeiro; moderada por Natalia Brizuela y organizada por la Maestría de Estudios y Políticas de Género y el Centro Interdisciplinario de Estudios y Políticas de Género de la UNTREF.

Afuera una pantalla gigante previendo la superación de la capacidad de butacas, lo cual efectivamente sucedió: el estadio lleno de personas en un clima de expectativa alegre que en la previa se pudieron observar comprando libros, compartiendo su tiempo y tal vez un mate, reencontrándose, abrazándose y charlando animadamente; también hubo momentos-selfie para registrar lo que a priori se percibía como un momento trascendental y la exhibición de banderas con diversas consignas: la del colectivo, la “absolución para Higui”, el “ni una menos en las cárceles, con China Cuéllar presente!”, los colores de la diversidad sexual y, en general, una vista panorámica pintada de verde, violeta y naranja.

En la apertura fue invitado al escenario el rector de la Universidad, Aníbal Jozami, donde arengó por la importancia de la Educación Pública y renovó el compromiso de la UNTREF por la Justicia Social, tomando como armas la democratización de la cultura y el arte, y el trabajo y reflexión en materia de género.

 

¿Por qué activismo y pensamiento? “Porque tomar la calle y poner el cuerpo es la forma en la que se articula el pensamiento”. Primer concepto que atraviesa al auditorio poniéndonos la piel de gallina. Así comenzó la charla.

Ante un público en silencio devoto, con toda la atención puesta en la escucha, Judith Butler remarcó que “no hay un feminismo sin mujeres pobres”. Se refirió a la solidaridad entre todas las mujeres que luchan contra las desigualdades como necesariamente atravesada por conflictos y alentó a convivir con ellos evitando la fragmentación, incluyendo la diversidad de luchas. Fue categórica respecto a la discusión sobre la inclusión/no integración de ‘lo trans’ en el feminismo: “un feminismo trans-excluyente no es feminismo”.

En relación al derecho al aborto, se refirió al cuerpo gestante como uno de los actos culturalmente privilegiados ‘para probar el género’, lo cual deja por fuera o considera ‘menos mujer’ a quienes no pueden concebir y a aquellas que no desean hacerlo. Además, se refirió al cuerpo de la mujer como territorio donde el Estado da prueba de su poder: “el cuerpo embarazado es propiedad del Estado, aún si éste debe someter a la mujer a cursarlo en contra de su voluntad”.

 

Hubo ovaciones cuando señaló que ‘en el Norte’ se encuentran observando el escenario que transcurre ‘en el Sur’, señalando que aquí es donde se está aprendiendo sobre cómo abandonar el individualismo para sumarse a la acción colectiva.

Además, en contrapartida al concepto de ’ola feminista’, se refirió al término marea como el símbolo más apropiado para describir al movimiento porque “la marea vuelve, tiene cambios de dirección, tiene un futuro impredecible, es dinámica. Implica otros idiomas e,incluso, cambios de nombre”.

A su vez, señaló que la meta es generar nodos de apoyo, soporte y cuidado recíproco como alternativa a la propuesta neoliberal.  Luego fue más allá al afirmar que del núcleo del neoliberalismo emerge el fascismo y es contundente, y otra vez conmueve al auditorio, al decir: “el feminismo es el mejor posicionado para ser el movimiento que se opone al fascismo”. Llamó a la construcción de poderes no atrapados en las lógicas del poder político ya repensar qué tipo de sostenes espirituales el movimiento puede ofrecer para brindar sentido de pertenencia, comunidad y solidaridad, en contrapartida a instituciones que, como la iglesia, “reciben a las familias abandonadas por el Estado homofóbico, patriarcal y capitalista”. En esta línea, señaló la importancia de identificar las fuentes que nos hacen sentir vulnerable, víctimas o impotentes para generar las herramientas necesarias para la construcción de lo colectivo que respondan a la búsqueda de abrigo, soporte y sustento emocional.

La expectativa previa generada por la charla se vio satisfecha, manifiesta en expresiones de una alegría llena de esperanzas de cara al futuro y de cánticos con las consignas de ‘la marea’. La charla finalizó pero el debate se prolongó y se extendió en animadas conversaciones que trascendieron el predio de la UNTREF, reproduciéndose en nuestras casas, trabajos y en nuestra cotidianidad toda.

*Karina es fotógrafa,  integrante de Istria estudio fotográfico/ colectivo de fotógrafas y fotógrafos dedicado al proceso técnico y creativo de la fotografía y es parte del equipo Revista emancipa Argentina
*Ce es psiquiatra, cordobesa que vive en Buenos Aires, feminista y colaboradora de Revista Emancipa Argentina
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