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Día Nacional de la Lucha contra la Violencia de Género en los Medios de Comunicación

La Ley nacional 27.176 establece que el 11 de marzo es el Día Nacional de la lucha contra la Violencia de Género en los medios de Comunicación. El objetivo es “promover en la producción audiovisual la igualdad entre hombres y mujeres, y el tratamiento plural, igualitario y no estereotipado, evitando toda discriminación de género u orientación sexual en los medios de comunicación”.

La fecha elegida es en conmemoración al 11 de marzo de 2009, cuando se sancionó la Ley 26.485 de Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la Violencia contra las Mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales.

Conversamos con Soledad Ceballos, Comunicadora Social de la ciudad de Córdoba, especializada en comunicación y género. Soledad trabaja en la Defensoría del Público desde hace cinco años, y desde su experiencia nos aporta algunos elementos de análisis: “Los casos más comunes de violencia mediática hacia la mujer, siguen siendo los mensajes del discurso publicitario, con un sesgo patriarcal, machista o sexista. Sin embargo, hay cierto aprendizaje en las audiencias. Se pone el ojo en otros tipos de formato, otros programas de televisión en los que se repudia, por ejemplo, el modo de un comunicador o comunicadora de presentar una noticia. Hay un camino hecho (sobre el que se ha avanzado) en torno al reconocimiento de la violencia mediática”, afirma.

Agudizar los sentidos

Cuando pensamos en la violencia ejercida hacia la mujer desde los medios masivos, lo primero que se nos viene a la cabeza es alguna publicidad. Con certeza de productos de limpieza o electrodomésticos. Avisos en los que las mujeres aparecemos conminadas al ámbito doméstico, detentadoras exclusivas del saber vinculado a limpiar, cocinar o cambiar pañales, por ejemplo.

Para Soledad es la asociación primera y la más simple pensar en los avisos publicitarios porque de algún modo son los más burdos al respecto. Pero “hoy encontramos expresiones que demandan hilar más fino, que tienen que ver con el micro machismo, la binariedad, nos falta avanzar en torno a la diversidad. Es interesante poner ahí también la mirada”, afirma.

Sin duda la mirada se agudiza también como parte del proceso de lucha en el que estamos las mujeres organizadas en diversos ámbitos, y en el avance de instituciones que acompañan como la Defensoría del público (organismo creado en el año 2012, en el marco de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual)

Movimiento que resuena

Noventa mil mujeres marchando en la ciudad de Córdoba, por ejemplo, dan la pauta de la fuerza creciente del movimiento de mujeres. Y su resonancia es en todos los planos, como por ejemplo el estar atentas a lo que se dice, cómo se dice y desde dónde. Son variables que impregnan el proceso social como fruto de esta construcción.

Sigue faltando hacernos cargo como ciudadanos y ciudadanas del derecho a la comunicación

En el marco del proceso social e institucional que atravesamos, Soledad aporta que: “Si bien hace unos años nos encontrábamos con piezas audiovisuales que podrían ser usadas para sensibililzar por la mala práctica, estamos transitando un momento en el que se ven producciones diferentes. Que intentan ser cuidadosas a la hora de decir, mostrar y contar. Aunque a veces los medios sigan diciendo crimen pasional en lugar de femicidio. El trabajo de sensibilizacion y formación será el que propicie nuevos modos de producir y generar comunicación. En ese camino estamos convencides de que el derecho es innegociable»

La Defensoría del Público realiza una serie de recomendaciones para el tratamiento responsable de la violencia contra las mujeres en los medios audiovisuales.

Aquí se las compartimos y esperamos que sean leídas atentamente por colegas que cotidianamente ejercen la comunicación desatendiendo y violando muchos de estos aspectos.

Por una comunicación responsable y respetuosa de las personas, y cada uno de sus derechos:

¿PARA DAR DATOS DE LA VÍCTIMA DE VIOLENCIA DE GÉNERO SE NECESITA SU AUTORIZACIÓN?

Sí, sólo se puede dar a conocer su identidad con su consentimiento. El nombre, una fotografía, imágenes del domicilio o lugar de trabajo, entrevistas a familiares o vecinos/as, etc. permiten identificar a una persona. Es fundamental preservar la integridad, la dignidad y la imagen de la víctima de violencia de género. (Artículo 3, inciso D de la Ley 26.522/09).

Ver: http://comunicarigualdad.com.ar/ellas-tambien-tienen-derechos/

Investigación de “Comunicación para la igualdad”, en torno al tratamiento mediático de los femicidios de Angeles Rawson , Melina Romero y Lola Chomnalez

¿LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES ES SÓLO FÍSICA?

La violencia física quizás es la más difundida, pero existen otras violencias: psicológica, sexual, económica, simbólica, doméstica, institucional, laboral, contra la libertad reproductiva, obstétrica y mediática. Estas caracterizaciones se establecen en la Ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales que se retoma en el artículo 71 de la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual.

¿CUÁNDO SE EJERCE VIOLENCIA MEDIÁTICA?

La violencia mediática es un exponente de la violencia simbólica. Esto significa prestar particular atención en la violencia representada y difundida en y por los medios de comunicación audiovisual.

Cuando se construyen representaciones que cosifican o estigmatizan a las personas.

VER: https://redparblog.wordpress.com/material-bibliografico/incidencia/ “Decálogos de la RedPAR para el tratamiento periodístico de la violencia contra las mujeres”

VER: https://redparblog.wordpress.com/material-bibliografico/incidencia/ “Decálogos de la RedPAR para el tratamiento periodístico de la violencia contra las mujeres”

¿CÓMO EVITAR REPRODUCIR ESTEREOTIPOS QUE NATURALIZAN LA DESIGUALDAD DE GÉNERO?

Cuestionar los propios supuestos, utilizar lenguaje inclusivo, reflexionar sobre el uso de la música y las imágenes en la construcción discursiva son estrategias para producir desde una perspectiva de derechos. Además, es importante evaluar cómo se construyen las representaciones en diálogo con otras dimensiones de lo social como la pobreza, la etnia o la nacionalidad.

Para desmontar los estereotipos discriminatorios que toda persona tiene incorporados culturalmente y sobre los cuales muchas veces no se es consciente, se sugiere un ejercicio muy simple: invertir el planteo que se pretende realizar y evaluar el efecto de sentido que produce.

Utilizar lenguaje inclusivo. El lenguaje expresa una visión de mundo determinada, es una construcción social que está en permanente transformación. Para evitar el sexismo se recomienda:

Evitar el masculino como valor genérico
Emplear las opciones lingüísticas que marcan el género con precisión.
Utilizar el impersonal “se” o “quienes” en vez del artículo masculino “los”
Privilegiar el uso de nominaciones neutras para referirse a grupos o sectores específicos

La musicalización es fundamental en la construcción del discurso audiovisual y radiofónico.

Se recomienda prestar atención a las representaciones que construyen las letras de las canciones para no reproducir estereotipos discriminatorios y evitar musicalizar informes sobre violencia de género con temas que refuercen la situación dramática. En cuanto al uso de las imágenes, se sugiere visibilizar a las mujeres en situaciones diversas, que pongan en crisis la representación hegemónica de un modelo único de ser mujer (ama de casa, madre, sensible, bella, cuerpo-objeto, etc.). Por otra parte, en caso de femicidios se desaconseja la exposición reiterada de imágenes de la víctima.

¿QUÉ HAY QUE TENER EN CUENTA AL HABLAR DE IDENTIDAD DE GÉNERO Y DIVERSIDAD SEXUAL?

Que existe legislación argentina reciente que garantiza derechos y que las y los comunicadores deben conocerla al abordar estas temáticas. Argentina sancionó en 2012 la Ley 26.743 que consagra el derecho a la identidad de género. Según la norma, se trata de una “vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento (…) Incluye otras expresiones de género, como la vestimenta, el modo de hablar y los modales” (Artículo 2). Esto implica que la identidad de género es autopercibida. De esta forma, hay un derecho consagrado por el Estado Argentino que dirime aquel debate de si es “el” o “la” trans. Si la persona se considera mujer es la y si se considera varón es él. Es aconsejable consultarle a la persona cómo quiere ser nombrada.

Tener presente que sólo es relevante acentuar en la información la condición de persona “trans” (colectivo que integran travestis, transexuales y transgéneros) cuando se problematiza la vulneración de derechos por formar parte de dichos colectivos o se visibilizan sus reclamos, caso contrario se incurre en estigmatización y, por lo tanto, en discriminación.

¿POR QUÉ SE RECOMIENDA EVITAR EL TÉRMINO “CRIMEN PASIONAL”?

Porque el calificativo “pasional” pone el acento en justificar la conducta del agresor. “La mató por celos”, “fue un ataque de furia”, por ejemplo, son formas discursivas que en última instancia promueven la condena a la mujer que sufrió violencia. Se culpabiliza a la víctima que sería la causante de esas pasiones y consecuentemente, se respalda la acción violenta del agresor (eximiéndolo de responsabilidad).

Cuando se trata de un asesinato de una mujer por razones de género se sugiere hablar de “Femicidio” o “Feminicidio”. Ejemplo: De “Otra mujer quemada” a “Otro femicidio por fuego”

¿QUÉ INFORMACIÓN ÚTIL SE PUEDE DAR EN CASOS DE VIOLENCIA DE GÉNERO?

1. Brindar los datos de contacto de los organismos públicos municipales, provinciales y nacionales y las organizaciones de la sociedad civil que reciben denuncias y proporcionan asesoramiento y asistencia a las víctimas.

2. Explicar cuál es el procedimiento para formular una denuncia, quién puede denunciar, qué medidas se pueden solicitar, dónde se puede ir, etc.

3. Abordar todos los tipos y modalidades de la violencia de género. Dar a conocer cuáles son los derechos de las personas y las obligaciones del Estado.

4. Incorporar la problemática en la agenda diaria más allá de la actualidad que tenga un caso.

¿CUÁLES SON LAS FUENTES RECOMENDADAS PARA ABORDAR TEMAS DE VIOLENCIA DE GÉNERO?

Hay que evitar el uso de un solo tipo de fuente. Se desalienta el uso exclusivo de fuentes secundarias o privadas (vecinos/as, familiares, amistades, etc.) Testimonios que hablan del agresor como “una persona amable” u opinan sobre la relación (“nunca discutían”) reproducen prejuicios sociales que pueden desacreditar a la víctima. Tampoco se aconseja basar la información únicamente en fuentes de las fuerzas de seguridad. La violencia de género no es un tema “policial”, sino una problemática social. Se sugiere consultar a funcionarios/as públicos de los distintos niveles y ámbitos involucrados en la problemática. También se puede convocar a organizaciones de la sociedad civil especializadas en la temática oinvestigadores/as sociales (que puedan contextualizar el caso, brindar datos que surjan de los estudios realizados, analizar el fenómeno en su complejidad, evaluar el funcionamiento de las políticas públicas, etc.)

¿ES ACONSEJABLE DAR DETALLES DEL MODO EN QUE SE EFECTUÓ LA VIOLENCIA DE GÉNERO?

Es importante no confundir el morbo con el interés social. El énfasis de la cobertura debe estar en la sensibilización y prevención de la violencia de género. ¿Cuál es la finalidad de exhibir repetitivamente un rostro golpeado, imágenes de la persona fallecida o de recrear la situación de violencia con una cortina musical dramática? Aquellos detalles o aspectos que sólo contribuyen a espectacularizar el mensaje o ficcionalizar la noticia reproducen un tratamiento sensacionalista de la violencia de género orientado a capturar audiencia.

Asistimos sin duda a un escenario internacional que propicia la crítica de los medios masivos en clave de género. Como comunicadores y comunicadoras tenemos el deber de estar a la altura de las circunstancias y eso, sin duda, no se logrará a fuerza de voluntad.

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