Por Carina Ambrogi
Pintan las paredes los hinchas de fútbol, los militantes de partidos políticos, los religiosos, todo el año, por todos lados. Pintan las mujeres las paredes, un día al año, en reclamo porque nos matan cada 26 horas por ser mujeres, y nos llevan presas.
“Anoche en Río Cuarto personal policía detuvo a seis mujeres en calle Bolivar, lejos de a donde había sido la marcha y lejos del horario en que las mujeres seguían acuerpadas en manada. “En el marco del protocolo de actuación por delito de Daño Calificado se procedió al secuestro de latas de pinturas, guantes de látex, láminas tipo matriz, entre otros efectos”, dice el parte de prensa oficial, que intenta justificar que las imputaron el delito y las liberaron a las 5 de la madrugada.
“En la comisaría fue horrible, nos filmaban un montón de policías cuando entrábamos, les pedíamos los nombres y no nos decían”, relata una de las mujeres.
En la foto se ve un hombre que pegó carteles durante la marcha del 8M en la Municipalidad, no fue detenido.
El mismo día de las pintadas la iglesia retiró de funciones a un cura por abuso sexual a una mujer. Los fieles callaron en las redes.
El mismo día murió la beba que obligaron a parir por cesárea en Tucumán a una niña de 11 años violada. Los fieles callaron en las redes.
Las últimas semanas la inminente campaña política empezó a mostrar sus disputas con carteles y pintadas de grandes dimensiones en las paredes de la ciudad.
Los vecinos callaron en las redes.
Pareciera que expresarse o violar la ley sigue siendo un privilegio de machirulos, a ellos no los buscan, la alarma es cuando son mujeres, no vaya a ser cosa que los alcancemos.
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