Decálogo para el tratamiento periodístico de la violencia contra la mujer
1 – Es correcto utilizar los siguientes términos: violencia contra las mujeres, violencia de
género y violencia machista.
2 – La violencia de género es un delito -en tanto y en cuanto constituye una conducta
antijurídica que debe ser prevenida y sancionada-, un problema social, un atentado contra
el derecho a la vida, la dignidad, la integración física y psíquica de las mujeres y una
cuestión concerniente a la defensa de los derechos humanos.
3 – Desterramos de nuestras redacciones la figura de “crimen pasional” para referirnos al
asesinato de mujeres víctimas de la violencia de género. Los crímenes pasionales no
existen.
4 – Lo importante es proteger la identidad de la víctima, no la del agresor. Dejar en claro
quién es el agresor y quién es la víctima, y señalar cuales pueden ser las actitudes y
situaciones que ponen en riesgo a la mujer en una relación violenta, para ayudarlas a
toma conciencia sobre su estado.
5 – Hay informaciones que pueden perjudicar a la víctima y a su entorno. No siempre es
conveniente identificarla. Es ofensivo para la víctima utilizar diminutivos, apocopes,
apodos, etc. para nombrarla.
6 – Nunca buscaremos justificaciones o “motivos” (alcohol, drogas, discusiones, celos,
separación de la pareja, infidelidad, etc.), que solo distraen la atención del punto central:
la violencia. La causa de la violencia de género es el control y la dominación que
determinados hombres ejercen contra las mujeres.
7 – Es imprescindible chequear las fuentes, sobre todo las oficiales.
8 – Mantener el tema en agenda, denunciando la violencia en todas sus expresiones:
psicológica, económica, emocional, sin esperar la muerte de las mujeres. Abordar el relato
de los hechos tomando en consideración su singularidad, pero también aquello que lo
asemeja a otros casos. Eso permitirá abandonar consideraciones tales como “otro caso
de”…., “un caso mas de…”, evitando el efecto narcotizante.
9 – Tener especial cuidado con las fotos e imágenes que acompañan las notas. Respetar
a las víctimas y a sus familias, alejarse del sexismo, el sensacionalismo y la obscenidad.
Nunca robar imágenes o audio a la víctima. Cuando se musicaliza, no usar temas que
remitan al terror, ni que contengan letras que hablen de “amores enfermos” o celos.
10 – Siempre incluiremos en la noticia un teléfono gratuito de ayuda a las víctimas y
cualquier otra información que les pueda ser útil.